El juez absuelve al joven de la localidad gallega de Mos acusado de amenazar a la Iglesia de la Cienciología. El magistrado considera que el email que envió el chico anunciando el fin de la congregación no es "serio" ni "creíble".
La sentencia no es firme, explica la periodista Marta Fontán en El Faro de Vigo. Puede ser recurrida ante la Audiencia Provincial de Pontevedra. Y la Iglesia de la Cienciología ya ha anunciado su intención de apelar ante este órgano judicial. "Vamos a recurrir hasta donde haga falta para garantizar que los ciudadanos no reciban amenazas de muerte quedando sus autores totalmente impunes. La seguridad ciudadana no puede quedar mermada por entender que una amenaza de muerte tiene un tono ´humorístico", afirmó ayer el responsable de los cienciólogos en España, Iván Arjona, tras conocer el fallo absolutorio.
"Ha quedado probada la autoría de la amenaza de muerte", afirma este joven, presidente de la Cienciología en España, que considera que la absolución "es una falta de respeto a la vida y la tranquilidad de una congregación religiosa cuyo propósito es ayudar a los demás a ser mejores personas". Pese a que el joven mostró su arrepentimiento en el juicio, Arjona estima que su exculpación "permite que se manden por e-mail amenazas de muerte quedando éstas impunes ante la justicia".
Uno de los motivos por los que el juez absolvió al joven del delito de amenazas es que éste envió el mensaje desde un lugar privado -una vivienda- , por lo que no tenía intención de ocultar su identidad, que era "fácilmente identificable". Pero el representante de los cienciólogos españoles dice que no escribió ni su nombre ni sus apellidos. "Tanto a la Policía Nacional como al FBI le costó un año identificarlo", insiste Arjona, quien estima que si la amenaza la recibiese un organismo público, la sentencia "habría sido diferente".
"¿Era serio el mensaje? ¿Podía ser tenida como real la amenaza? El simple examen del mismo nos lleva a concluir que no". Ésta es sólo una parte de la argumentación realizada por el juez en la sentencia en la que acaba de absolver al joven de Mos al que la Iglesia de la Cienciología acusó de amenazarla de muerte a través de un correo electrónico en el que se identificaba como un miembro de una "organización secreta" del Vaticano. El magistrado considera que este chico de 22 años no tenía ni la más mínima atención de atentar contra la congregación religiosa, sino que sólo pretendía "bromear". A su juicio, lo "ridículo" de algunos de los fragmentos del e-mail que en su día llegó a movilizar al mismísimo FBI evidencian "la falta de seriedad de la amenaza".
Los cienciólogos pedían para Juan Rodrigo L.L. una condena de tres años de cárcel, una multa de 14 meses y el pago de una indemnización de 15.000 euros al considerarlo responsable de un delito de amenazas y de otros dos de injurias. Pero el titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Vigo, tal y como había solicitado el fiscal, absuelve al joven de todos los cargos. Declara de oficio las costas (cada parte asume el pago de las suyas) al estimar que no hubo "temeridad" por parte de la secta a la hora de formular la acusación.
El correo electrónico que dio lugar a este proceso judicial fue enviado por el joven a la sede central de la Cienciología en California el 18 de septiembre de 2005. El chico alegó en el juicio que el mensaje, en el que se anunciaba el fin de esta congregación en España, lo había recibido en su correo personal y que él se limitó a reenviarlo pensando que se trataba de un simple juego de rol por Internet.
Valoración "en conjunto"
Aunque los miembros de este grupo consideraron la amenaza creíble, el juez no comparte esta apreciación. El magistrado reconoce que algunas frases del texto son por sí solas amenazantes -como en la que se dice que "tres hombres en traje negro entrarán por la puerta de vuestro edificio y acabarán con todos ustedes"-, pero aclara que, analizado el mensaje en conjunto, éste no puede tomarse en serio ni considerarse "creíble". Por este motivo, en la sentencia se estima muy atinada la intervención que tuvo el fiscal en el juicio, cuando de forma irónica le preguntó al joven si era un agente secreto del Vaticano. "Lo ridículo del aserto del mensaje evidencia la falta de seriedad de la amenaza", dice el juez, mencionando como ejemplo el párrafo en el que se habla de una "organización secreta del Vaticano" que tiene a los cienciólogos en su "lista negra" de iglesias. "La finalidad humorística del mensaje es evidente", valora.
Según explica el diario La Voz de Galicia, el acusado envió el correo anónimo desde el ordenador de su casa. «No acudió a un cibercafé, por lo que no tenía intención de ocultarse. Eso contradice la referencia a dicha organización secreta». El juez se sumó a la tesis del fiscal, quien nunca acusó, al considerar todo una broma de mal gusto. «Ciertamente, es ridículo arrogarse la representación de una especie de servicio secreto del Vaticano», señala la sentencia. Concluye que «la finalidad humorística del mensaje es evidente» y carece de relevancia penal. También excluye el delito de injurias, porque la intención no era lesionar el derecho al honor «sino la de bromear».
Como la amenaza no es real ni seria, en la resolución se concluye que no tiene "relevancia penal". Y la misma valoración se hace para los dos delitos de injurias: además de señalar que existió un defecto formal que ya impide la condena -no se presentó la querella que se exige legalmente-, el magistrado dice que el chico no quería "lesionar el derecho al honor "ni de esta iglesia ni de su fundador Ronald Hubbard, sino sólo "bromear". El fallo ha sido acogido "con alegría" por el joven. Así lo confirmaba ayer su abogado, quien estima que la resolución "es técnicamente correcta". "Él vivió todo esto con agobio y ahora está aliviado", dijo el letrado, que concluye que, dado el acercamiento positivo que hubo entre las partes tras el juicio, "no tiene sentido" apelar la sentencia.
Fuente: Info-RIES nº 105 (7/11/08).
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