Los líderes de la Iglesia de la Santa Muerte protestaron por la destrucción de más de 30 santuarios dedicados a este culto en el norte de México, y el pasado 29 de marzo su “arzobispo” denunció lo ocurrido como un acto de discriminación religiosa, tal como podemos leer en un despacho de Associated Press. David Romo exigió reunirse con el presidente Felipe Calderón y exhortó a sus seguidores en todo el país a manifestarse para protestar por las demoliciones.
"Además de ser un abierto acto de intolerancia religiosa también es un acto de prepotencia", afirmó Romo durante su homilía. "Estamos empezando a vivir un terrorismo de Estado y lamentablemente confesional". Exhortó a sus seguidores en todo el país a organizar marchas durante la Semana Santa, incluyendo una el domingo de Pascua a la basílica de la Virgen de Guadalupe, patrona católica del país.
La semana anterior, cuadrillas de trabajadores equipados con excavadoras y acompañados por soldados derribaron más de 30 templos a lo largo de un camino en la ciudad fronteriza de Nuevo Laredo. Las autoridades municipales indicaron que los santuarios fueron construidos sin permiso en terrenos de propiedad pública, y argumentaron que dichas edificaciones -estructuras de concreto y ladrillo de una planta con estatuas de la Santa Muerte, un esqueleto envuelto en una túnica- le dan mala imagen a la ciudad, ubicada frente a Laredo, Texas.
Muchos de los templos eran construcciones elaboradas cubiertas de mármol e iluminadas con luz eléctrica. Con frecuencia los devotos colocaban velas. La Iglesia católica no reconoce a la Santa Muerte, pero los seguidores de ésta emplean algunos elementos de los ritos católicos. Romo acusó al gobierno de favorecer al catolicismo. Las autoridades federales no estuvieron disponibles de inmediato para comentar al respecto.
Hugo Valdemar Romero, portavoz de la arquidiócesis de México, dijo que la Iglesia católica no tuvo nada que ver con las demoliciones, y agregó que "no es ningún secreto que esa devoción (la Santa Muerte) es identificada con el narcotráfico y la delincuencia organizada... esta denominación no sólo es supersticiosa sino diabólica".
Aunque los seguidores de la Santa Muerte con frecuencia le piden que los proteja de una muerte violenta o los saque de la cárcel -y con frecuencia es posible encontrar las figuras del esqueleto en los hogares de los narcotraficantes- la Iglesia de este culto niega que sus feligreses sean delincuentes. "La mayor parte de los delincuentes no son devotos de la Santa (Muerte), son devotos y miembros de la Iglesia (católica) romana y San Judas Tadeo su patrono, por lo que si destruyendo o atacando una fe y devoción se logra avanzar en la lucha contra el crimen organizado, pues que destruyan los altares dedicados a este santo y a la Virgen de Guadalupe; cierren los templos católicos romanos", afirmó Romo.
Denuncia ante la Comisión de Derechos Humanos
La Iglesia de la Santa Muerte, un culto seguido por gente humilde, delincuentes y narcotraficantes en México, denunció el pasado 27 de marzo al Estado mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por un supuesto ataque del Ejército a 30 "altares" en el norte del país, informa Efe. Fuentes de la Santa Muerte confirmaron a Efe la denuncia, remitida a la CIDH por el arzobispo primado de esa colectividad, David Romo.
La demanda responsabiliza de lo sucedido a la Secretaría de Gobernación (Ministerio de Interior), al Ejército mexicano y a las autoridades municipales de Nuevo Laredo, ciudad del estado nororiental de Tamaulipas, fronteriza con Laredo (Estados Unidos). De acuerdo a la reclamación, militares y responsables municipales derribaron el domingo los "altares" construidos en la carretera de Nuevo Laredo. "En dichos lugares, construidos por fieles y devotos, se reunían regularmente familias, jóvenes (...) para expresar su fe, sin causar ningún tipo de problema o daño a la población", apunta la denuncia.
El domingo también fueron derribadas en Tijuana, localidad del noroeste mexicano, fronteriza con San Diego (EE.UU.), cinco "capillas" dedicadas a Jesús Malverde, considerado el patrón de los narcotraficantes, y a la Santa Muerte. Las "capillas" fueron derribadas por desconocidos con maquinaria pesada, según los fieles de la zona.
El culto a la Santa Muerte, cuyo nombre oficial es el de Iglesia Católica Tradicional Mex-USA, no está reconocido por el Vaticano ni por la Secretaría de Gobernación mexicana. Sus fieles adoran a una "divinidad", hasta hace poco representada con rasgos esqueléticos y una guadaña, también conocida como "La Niña Blanca". La imagen actual es una figura con tez blanca, rasgos delicados y larga cabellera.
Los creyentes de ese culto, que sus líderes calculan en unos dos millones en México, son sobre todo gente de barrios humildes, aunque varios narcotraficantes y otros delincuentes han confesado públicamente que siguen esta fe. En los "altares" dedicados a "La Niña Blanca" se depositan flores, velas, manzanas rojas, agua, pan blanco, incienso, cerveza y cigarros, que, según la creencia popular, siempre deben ser dos, uno para la figura y otro para el devoto. Para impregnar el ambiente de oración, sus seguidores usan en ocasiones marihuana a modo de incienso.
Muchos seguidores de la Santa Muerte le atribuyen la facultad de atraer o retener amores, conseguir empleo, gozar de buena salud y lograr la excarcelación de personas. El culto comenzó en la década de los años 40 en las áreas populares de Ciudad de México y después se extendió a todo el país. Su principal templo está en Tepito, el "barrio bravo" por excelencia de la capital mexicana, centro del contrabando de la metrópoli. La congregación espera entregar un documento al presidente mexicano, el conservador Felipe Calderón, y anunciará pronto acciones de protesta.
El Gobierno de Oaxaca responde
El director de Gobierno Mario Alberto Guzmán Castrezana rechazó que el gobierno de Oaxaca realice acciones contra quienes rinden culto a la “Santa Muerte” y afirmó que es la Secretaría de Gobernación (Segob) a quien le compete actuar en torno a dichos actos de santería, según publicó ADN Sureste. Explicó que el estado tiene un convenio con el gobierno federal para coadyuvar como mediadores en conflictos religiosos pero que el regular este tipo de manifestaciones “es competencia exclusiva de la Segob”.
Guzmán Castrezana negó además que las corporaciones en el estado estén “realizando operativos o rondines para buscar a los adoradores de la Santa Muerte”. Admitió que la Segob al igual que en todo el país emitió a los gobiernos un boletín para prohibir los actos de culto a la Santa Muerte luego de que la iglesia católica tradicional México-Usa perdiera su registro, pero que eso no significa que “en Oaxaca se persiga a quienes la veneran (a la también llamada Niña Blanca).
La Iglesia de la Santa Muerte, un culto seguido por gente humilde, delincuentes y narcotraficantes en México. En meses pasados denunció al estado mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por un supuesto ataque del ejército a 30 "altares" en el norte del país. La demanda responsabiliza de lo sucedido a la Secretaría de Gobernación (Ministerio de Interior), al ejército mexicano y a las autoridades municipales de Nuevo Laredo, ciudad del estado nororiental de Tamaulipas, fronteriza con Laredo (Estados Unidos).
Reacción de La Luz del Mundo
Sólo Dios tiene derecho a destruir nuestras creencias, y si Él ha respetado, nadie tiene derecho a destruir templos y capillas, porque todos tenemos derecho a vivir el libre albedrío, independientemente del pensamiento de los demás, consideró Roberto Montiel Escamilla, pastor de la Iglesia La Luz del Mundo, secta mexicana de origen cristiano, según informaba El Sol de Tijuana. El religioso encargado de este templo ubicado en la colonia Libertad indicó que no comparte la idea de rendirle culto a la Santa Muerte, pero tampoco está de acuerdo en que el gobierno haya mandado destruir sus capillas, porque vivimos en un Estado Laico.
Lo anterior provocó la indignación del arzobispo David Romo y adoradores de este culto, quienes amenazan con manifestarse este Domingo de Ramos en todo el país, ya que acusan a la Iglesia Católica de ser la culpable de esta acción. Por ello los líderes de la Iglesia de la Santa Muerte protestaron por la destrucción de más de 30 santuarios dedicados a este culto en el norte de México, lo cual denunció su arzobispo como un acto de discriminación religiosa, quien exhortó a sus seguidores a protestar por sus demoliciones.
Esto a través de marchas durante Semana Santa, incluyendo una el domingo de Pascua a la basílica de la Virgen de Guadalupe, patrona de todos los católicos de México. Y si los adoradores de la Santa Muerte quieren manifestarse están en todo su derecho, siempre y cuando no generen violencia, opinó el pastor de la Iglesia La Luz del Mundo. "No estoy de acuerdo con ninguna forma de violencia que atente contra las libertades y el libre albedrío de conciencias, independientemente de que no comparta su pensamiento o ideología; vivimos en un estado laico y como tal nos debemos no tolerar, sino respetarnos los unos a los otros", expuso.
Montiel Escamilla dijo que todos estamos regulados y regidos bajo el marco de la ley y entre no se violente, todos están en el derecho de expresar su libertad, porque de suceder las autoridades deben cumplir con su función. Y en ningún momento, precisó, considero que ninguno tiene derecho a violentar las libertades de nadie, aunque no estoy de acuerdo con ese tipo de manifestaciones. "Son actitudes intolerantes, producto de un fanatismo el profesar una fe ciega, cerrada, pero tienen ese derecho de expresar su libertad y sólo Dios de otorgarla", comentó.
El pastor también señaló que a nadie le ha caído un rayo del cielo por profesar una fe o ser un ateo, y si Dios ha sabido respetar esa libertad de creencia desde un principio, los demás, si nos estimamos y apreciamos como hijo de Dios, debemos seguir esa línea de respeto hacia los demás. "Los juicios corresponden a Él en su momento y en los términos humanos y sociales corresponden a la autoridad", abundó. Por lo que los adoradores de la Santa Muerte si quieren protestar con marchas y plantones por la destrucción de sus capillas, pueden hacerlo mientras se mantengan dentro del marco de la ley y no molesten a terceros, porque están en su derecho.
No obstante insistió en que no está de acuerdo con muchos cultos que se rinden a ciertas imágenes, como la de la Santa Muerte, pero eso no significa que vaya a destruir a los que no piensan igual. En este sentido, el creyente de la Iglesia La Luz del Mundo recordó el genocidio que sucedió en el país cuando al llegar los conquistadores impusieron otra religión por la fuerza, destruyendo los cultos que no compartían, acabando sociológicamente con la historia de un pueblo, al tomar los hombres la justicia divina por su propia mano.
Entre éstos, Hernán Cortés en su idea de ser un conquistador enviado por Dios, y este tipo de mentalidades son destructivos, porque el Evangelio de Cristo no se enseñó así, ya que fue un mensaje que conquistó al mundo con la fuerza del amor y la fe, a través de la paz que profesaba. Incluso detalló que la Iglesia en un principio se manifestó a través de Jesucristo pero con una predicación de buenas nuevas, nunca de forma violenta ni de imposición, y todos debemos creer en lo que queramos, porque ese es el Estado Laico.
Fuente: Info-RIES nº 129 (20/04/09).
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