Siete miembros de la Iglesia de la Cienciología comparecían el pasado 25 de mayo ante el Tribunal Correccional de París bajo la acusación de estafa en banda organizada y extorsión de fondos a antiguos adeptos. Pero, de hecho, la asociación espiritual está imputada igualmente como persona jurídica, por lo que su estructura en Francia se ve seriamente amenazada con la disolución.
Al lado de los siete encausados, la Asociación espiritual de la Iglesia de la Cienciología-Celebrity Centre (ASES-CC), su principal estructura en Francia, radicada en París, está por primera vez imputada en un sumario por estafa. La sociedad anónima SEL, librería puntera de la organización, está igualmente en la nómina de los acusados.
Al lado de los siete encausados, la Asociación espiritual de la Iglesia de la Cienciología-Celebrity Centre (ASES-CC), su principal estructura en Francia, radicada en París, está por primera vez imputada en un sumario por estafa. La sociedad anónima SEL, librería puntera de la organización, está igualmente en la nómina de los acusados.
Las siete personas imputadas se enfrentan a una pena de hasta 10 años de cárcel y un millón de euros de multa, mientras que la iglesia de la Cienciología se enfrenta a una multa de cinco millones y la disolución del grupo en Francia. La decisión del juez instructor Jean-Christophe Hullin de enviar el asunto al correccional puede tener por lo tanto serias consecuencias para la organización que, durante los 11 días que se prevé que dure la audiencia, se juega su futuro y podría suponer el principio del declive en Francia del movimiento fundado en los años cincuenta por el escritor de ciencia ficción norteamericano Ron Hubbard.
Durante el proceso, los debates se centrarán en conocer el objetivo de la organización y si, como alega el grupo, tenía como fin promover un método para despertar la espiritualidad o no es más que una gran empresa destinada a estafar, como asegura el abogado de las víctimas Olivier Morice.
En 1997 ya se celebró en Lyon un juicio importante contra miembros de la Cienciología, también por estafa, y los métodos de la organización que se analizarán en el tribunal parisino son los mismos que hace 12 años, pero la diferencia ahora es que la justicia puede condenar a la propia estructura. En su providencia, el juez de instrucción revisó toda la parafernalia de los cienciólogos, los tratamientos a los que deben someterse, la obligación de comprar un aparato llamado electrómetro que les cuesta 5.000 euros y unas vitaminas, que, según el juez, no son más que un señuelo para darle a todo una apariencia científica. El primer daño es económico, pero luego se produce la «falta de socialización progresiva» que conduce finalmente a una «situación de sumisión». Un estado mantenido hábilmente con sesiones de sauna interminables, pruebas físicas reiteradas y cursos que pueden durar hasta 12 horas, prosigue el relato del magistrado.
Patrick Maisonneuve, el abogado defensor de la asociación, basará su alegato en que no se trata de saber si la Cienciología es o no una religión, sino si se trata de una estafa organizada. El abogado asegura que «no hay una maniobra fraudulenta. La Cienciología no avanza ocultándose, es solvente», dice en el diario Le Figaro.
Fuente: Religión en Libertad, 25/05/09.
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