En la última entrega del programa “Conoce las sectas”, emitido por Radio María España y producido por la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), se trató en su primera parte el fenómeno sectario en Internet. Para ello contamos con una entrevista a Luis Santamaría del Río, sacerdote de la diócesis de Zamora (España) y miembro de la RIES. Precisamente sobre este tema ha escrito varios artículos.
- Antes de ir al fenómeno de las sectas, quería preguntarte... ¿lo religioso está presente en Internet?
- Por supuesto que sí. En nuestro mundo globalizado, en lo que algunos han llamado la “sociedad red”, Internet juega un papel importantísimo. Seguro que todos nuestros oyentes, incluso aunque no usen Internet, ya tienen alguna idea de lo que es, y está presente en muchos aspectos de nuestra vida, y no sólo en los países más desarrollados. Una vez dicho esto, sigo respondiendo: lo religioso tiene una importante presencia en el ciberespacio. Algunos estudios han mostrado que cada vez más personas usan Internet con propósitos religiosos o espirituales.
- ¿Pero eso es así? ¿Hay datos o cifras que lo confirmen?
- Hace ya 7 años, cuando empezaba yo a investigar la relación de las sectas con la red de redes, se publicaron unos estudios que decían lo siguiente: el 64% de la población internauta de los EE.UU. ha utilizado Internet con propósitos espirituales o religiosos. Internet sería, más que un sustituto, un suplemento de su vida real de fe; aportaría algo más personal a su pertenencia religiosa institucional. Vamos, que sí estamos hablando de una realidad importante. De hecho, un autor norteamericano ha escrito un libro que se titula: De Yahvé a Yahoo, una expresión que le pareció genial, cuando se la comenté, al anterior director de este programa, nuestro querido y recordado José María Baamonde.
- ¿Podemos considerar también importante la presencia de las sectas en Internet?
- Una vez leí a un autor, Rafael Gómez, que identificaba cuatro causas en el surgimiento de las grandes sectas de origen cristiano en los EE.UU. del siglo XIX (mormones, adventistas, testigos de Jehová): la ausencia de una tradición religiosa principal, lo que llevaría a un respeto de todas; el descubrimiento de la capacidad de lo religioso para suscitar ingresos económicos; el uso de los medios de comunicación social, y la aceptación de una libertad sobre todo, aún a costa del engaño. Y me di cuenta que estos factores se dan hoy, en nuestro mundo globalizado, y están bien reflejados en Internet. Las sectas están presentes en Internet como un escaparate fundamental, y saben aprovechar muy bien la red.
- ¿Y por qué ese interés de estar en Internet? ¿No es más efectivo el trato personal?
- Una de las principales razones que tienen las sectas para tener una fuerte presencia en el ciberespacio es ofrecer una información favorable sobre ellas mismas, y evitar así que cuando un internauta curioso que busque algo sobre el grupo, se tope en primer lugar con las páginas de críticos y ex-miembros, que suelen ser abundantes. Así, en los primeros resultados del buscador aparecerá la página oficial de la secta, muy cuidada, y con un contenido y presentación atractivos. Información de primera mano, resúmenes de la doctrina y actividades, semblanza del fundador o líder, noticias, etc. La propia página web es su lugar de proyección más universal. Por eso algunos grupos ofrecen información en muchos idiomas, o tienen páginas concretas para cada nación.
- Por lo que veo, se cuida mucho eso a nivel oficial.
- Y no sólo oficial. La información es poder, y es bueno que se multipliquen las referencias positivas sobre el propio grupo. Por eso, otra estrategia que utilizan las sectas es la realización de páginas personales por parte de sus miembros, en las que defienden al grupo y difunden sus creencias. Muchos hacen blogs, o incluso se aprovechan de las redes sociales como Facebook o Tuenti para dar a conocer la secta y contactan con gente que puede estar interesada.
- Esto es muy interesante, y por eso querría que nos dijeras: ¿las sectas captan a personas a través de Internet?
- Aquí hay una interesante discusión entre los estudiosos, ya que están divididos en torno a si las sectas han logrado convertir a gente en el ciberespacio, de forma previa a cualquier contacto personal real. Los que no están de acuerdo señalan que para la captación es necesario el trato de persona a persona, sin ordenador y cable de por medio. Si no hay interacción social y religiosa, es difícil que se dé la conversión a la secta. Sin embargo, según algunos psicólogos y estudiosos de las adicciones informáticas, la captación de adeptos por Internet podría ser más eficiente que la real, pues se llega a más gente con carencias afectivas o espirituales. Las personas débiles, solas, etc., acceden a un mundo virtual en el que se pueden desinhibir, aprovecharse del anonimato, ocultarse tras otra personalidad, encontrarse con alguien que les ayude a suplir sus carencias...
- ¿Y tú qué piensas de todo esto?
- Yo he encontrado referencias de personas que entraron en una secta después de conocerla a través de Internet. A lo mejor no son muchos casos, pero aumentan muchísimo si nos referimos a la Nueva Era, a corrientes mágicas o esotéricas de pensamiento... o incluso a la brujería y el satanismo. Hay mucha gente interesada en estos temas, y claro, Internet es mucho más completo que la solución que había antes, que era buscar un libro o probar con buscar un grupo. En la red de redes uno puede encontrar material para leer y una comunidad, aunque sea virtual, de gente con las mismas creencias alternativas.
- Claro, Internet favorece la búsqueda personal, sin muchos riesgos...
- Lo de los riesgos es relativo. Es verdad que quien esté en búsqueda o tenga curiosidad por temas espirituales, lo tiene muy fácil: sin moverse de su casa, y picando de aquí y de allá. Os cuento una anécdota. Hace unos años estuve contactando con gente que pertenecía a grupos virtuales en el entorno del neopaganismo y del satanismo. Una adolescente me decía esto, fijaos: «No creo que sea necesario pertenecer a ningún grupo, basta con que tengas las creencias, además no es nada fácil entrar en un grupo real. Creo que internet nos ayuda a acercarnos al satanismo, tanto para obtener información como para conocer a otras personas con creencias parecidas las cuales, sin internet, no podrías nunca llegar a conocer».
- Pero en Internet siempre es difícil distinguir si algo es verdad. ¿Se presentan las sectas tal como son?
- No, claro que no. Ya dije antes que Internet es un escaparate privilegiado para las sectas. Por lo tanto, tienen que poner todos sus esfuerzos de marketing e imagen pública para presentarse como lo mejor el mundo. Y, a veces, recurriendo al engaño o a la ocultación, como suelen hacer en su proselitismo en la vida real. Internet puede ser el lugar de manipulación y exageración de la realidad. Algunos grupos están omnipresentes en la red, con grandes páginas oficiales interconectadas, y pueden dar la impresión de ser más importantes en número de miembros de lo que son en la realidad. Así pasa con la Cienciología, por ejemplo, o con los raelianos. Por ejemplo, unos críticos de la Iglesia de la Cienciología demostraron hace diez años que la secta había publicado en su página web unas fotos trucadas. Copiaron y pegaron personas para demostrar que habían asistido a un acto varios miles de miembros. Es sólo un ejemplo de la precaución con la que hay que acercarse a la información emitida por estos grupos en la red. En Internet, no todo es lo que parece.
- Un buen consejo, sí. ¿Hemos de tener en cuenta alguna cosa más sobre las sectas y su actuación en Internet?
- Las sectas y todo el ámbito de la nueva religiosidad, cómo no, han sabido aprovechar este universo del ciberespacio, pluralista por definición, para dar a conocer sus creencias y actividades a todo el mundo y a muy bajo precio. Aprovechando, además, la falta de jerarquización y la aparente igualdad de todo en Internet, este escaparate es ideal para la captación de nuevos miembros. Por eso es importante contrastar siempre la información y que cultivemos nuestra mentalidad crítica.
Fuente: Info-RIES nº 118 (9/02/09).
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