La brujería es un recurso habitual en la sociedad mexicana para afrontar las épocas de crisis, dijo hoy el antropólogo Reyes Luciano Alvarez.
El experto en la etnia atzinca (centro de México) afirmó en una conferencia que la brujería es una lucha para romper o instaurar el orden social predominante del momento, y que se adecúa y se adapta a los mundos cambiantes.
Alvarez puso como ejemplo la época de la conquista española, cuando los brujos indígenas comprendieron que ya no debían pedir a sus antiguos dioses, sino al católico y a sus santos, aunque en sí no variaron los rituales.
Como muestras más recientes y no necesariamente indígenas que reafirman su teoría, el especialista citó cómo tras las crisis de las dos últimas décadas los mexicanos han recurrido a diversas variedades de ritos que podrían considerarse brujería, como la santería y la iglesia de la Santa Muerte.
Recordó que es común oír que 'Los Zetas', el grupo armado del cartel del Golfo, realizan rituales para 'reintegrar el alma' de sus víctimas comiéndoselas. 'No es canibalismo, sólo comen un pedazo, son muy selectos', bromeó.
Justificó esta recurrencia a la brujería porque 'la sociedad siempre ha querido restaurar lo roto', aunque sea un corazón roto, y si se les dice que esa actividad es una posible solución la aceptan.
Su colega Carlos Heiras recordó sin embargo que llamar brujos a los especialistas en rituales indígenas es incorrecto, ya que es un concepto heredado de la ideología católica de la época de la conquista, donde si no te apegabas a la Biblia eras idólatra, brujo y adorador del diablo.
En su opinión, 'el especialista ritual es el que es capaz de provocar daños en terceros', aunque se llame curandero al que sana y brujo al que daña. Heiras sostuvo que en realidad ambos son la misma cosa, ya que 'sólo que el que sabe dañar, sabe curar' con hechicería.
'Ni brujo, ni chamán, ni curandero dan cuenta de la diversidad de especialistas rituales' que hay en las poblaciones indígenas mexicanas, sostuvo el etnólogo Alessandro Questa, investigador de los nahuas del municipio mexicano de Tepetzintla, en el central estado de Puebla. Questa explicó que la brujería indígena pasa por una 'lógica terapéutica', ya que se trata de la búsqueda de una solución a un mal o a una enfermedad.
Para el especialista, resulta llamativo cómo en algunas poblaciones indígenas 'el hechizo' que se dice para sanar a un niño poseído es el mismo que para pedir una buena cosecha de maíz o bendecir las casas. 'El mal siempre tiene que ver con un malestar fisiológico', sostuvo, y aseguró que es el primer síntoma para saber si alguien ha sido víctima de un embrujo, según la tradición indígena.
Ante la pregunta de cómo distinguen a auténticos brujos y chamanes de meros charlatanes para sus investigaciones etnográficas, Questa señaló que la auténtica 'guerra de los brujos' es la del desprestigio, ya que uno acusará a otro de charlatán y viceversa.Indicó que ellos se guían por la opinión de los pacientes, aunque la intuición también ayuda.
Fuente: Efe, 28/11/08.
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