Dos casos distantes en el espacio y en la temática tienen en común dos cosas: la centralidad de los testigos de Jehová y la importancia que le dan en esta secta a la prohibición de la sangre.
Trasplante sin transfusión sanguínea
Una mujer surcoreana de 49 años, que reside desde hace mucho en Argentina y es madre de dos hijos nacidos ya en este país, recibió el pasado 10 de junio el primer trasplante renopancreático realizado en el país sin utilizar ningún tipo de transfusión sanguínea, según informaba dos días después el diario La Nación. Los cirujanos encargados de llevar a buen puerto este verdadero desafío (si se tiene en cuenta que normalmente un trasplante de estos órganos requiere un promedio de dos unidades de sangre por paciente -alrededor de un litro- y uno de hígado emplea entre 40 y 70 unidades de sangre) fueron los doctores Martín Fauda y Pablo Raffaele, de la Fundación Favaloro.
"Se trata de una paciente diabética tipo I [insulinodependiente] que estaba desde hace varios años en diálisis porque había perdido su riñón –explica Fauda, codirector de la Unidad de Trasplante Renopancreático de la Fundación y todavía exultante por el logro alcanzado apenas 24 horas antes–. [Dado que este tipo de diabetes es ocasionada por el mal funcionamiento de un tipo de células pancreáticas] en estos casos, lo mejor es combinar el trasplante del riñón con el de páncreas. Eso hace que la cirugía sea bastante más compleja."
Pero a la dificultad propia de la operación se le agregó una dificultad más: la paciente es testigo de Jehová, por lo que en las charlas previas con los médicos reclamaba insistentemente que no se le hicieran transfusiones de sangre. "Nosotros le decíamos que el órgano que se implanta trae sangre del donante –recuerda Fauda–, pero no había caso, son convicciones muy difíciles de cambiar. Finalmente, después de llegar al compromiso de que no la íbamos a transfundir si no era absolutamente necesario, la pusimos en lista del Incucai."
Tras ser alertados sobre la existencia de un riñón y un páncreas cedidos por un donante cordobés, los especialistas programaron la cirugía, que duró alrededor de ocho horas. Según explica el especialista, para cumplir con el compromiso acordado, decidieron tener a mano un "recuperador", una bomba que aspira la sangre y, si es necesario, la devuelve al sistema sanguíneo del paciente.
"Permite hacer una autotransfusión –comenta–. Pero además hay que ser especialmente cuidadoso. En este caso, el recuperador sólo recuperó 600 cc, o sea que no fue necesario infundir nada de sangre. La paciente terminó la operación con su hematocrito [porcentaje de glóbulos rojos] perfecto. Y, si bien de aquí en más tendrá que estar inmunosuprimida, el trasplante cura su diabetes." Si todo sigue como en estas primeras cuarenta y ocho horas, la mujer será dada de alta dentro de 10 o 12 días. "Es un logro desde el punto de vista médico y a la vez algo enormemente gratificante –se entusiasma Fauda–. Salió todo de maravillas."
La innovación de unas morcillas sin sangre
Los testigos de Jehová argumentan que la sangre siempre ha estado prohibida divinamente para el consumo humano. Según muestran en las escrituras, en un principio el ser humano era vegetariano, y la primera mención de carne en la dieta se dio después del diluvio de los días de Noé. «Todo lo que se mueve y vive os servirá de alimento, lo mismo que las legumbres y las plantas verdes. Os lo he dado todo. Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis», aparece en el Génesis 9:3,4, y los testigos de Jehová argumentan que Noé fue el antecesor común de la humanidad.
Por consiguiente, la prohibición de alimentarse de sangre es universal, para los miembros de la secta. El único uso aceptable para la sangre era, en época de Israel, el de los sacrificios. Y, hoy en día, la prohibición incluye incluso las transfusiones de sangre. Pero la morcilla de Villada (provincia de Palencia, España) es un pecado al que cuesta resistirse, según explica El Norte de Castilla.
Una clienta que profesa esta creencia preguntó en la charcutería La Nueva Bodega, ubicada en la avenida República Argentina, por morcillas sin sangre. Y, aunque la respuesta fue negativa, al dueño del establecimiento se le ocurrió ponerse en contacto con Morcillas Villada, uno de sus proveedores, para sondear tal posibilidad. Y el bueno de Demetrio Ramos se puso a trabajar ipso facto.
«Ha hecho muestras, y parece que les han gustado», señalan en la tienda de delicatessen cuando se les pregunta por la aceptación de esta variedad de morcilla entre los testigos de Jehová. Y Demetrio Ramos explica la fórmula de esta chacina. «Es igual que la morcilla normal, con cebolla, manteca de cerdo, especias y arroz, pero sin sangre.
El proceso es distinto, se utilizan los almidones del arroz para solidificar el producto, de forma que cuando se corte con un cuchillo sea uniforme. Lo único que varía es el color, que es como el del caramelo, pajizo», abunda Demetrio Ramos, que incide en el nombre con el que ha bautizado su hijo a esta morcilla. «Ecuménica», apunta el propietario de Morcillas Villada. Palabra que, según la Real Academia de la Lengua, significa universal, que se extiende a todo el orbe.
«Si les gusta, harán más pedidos, aquí igual no residen muchos, pero la idea es comercializar el producto fuera de Palencia, contamos con distribuidores en muchos puntos de España y hay mucha gente que nos compra a través de Internet», apostilla Demetrio Ramos, que está a la espera de los resultados para matizar el picante en las morcillas dirigidas a los testigos de Jehová. «Ojalá nos pidan muchos kilos y empecemos a funcionar, porque a la crisis hay que darle palos por todos los lados», asegura Demetrio Ramos. Si la crisis es ecuménica, porqué no va a serlo la morcilla, pensará.
Fuente: Info-RIES nº 138 (21/06/09).
1 comentario:
No hay duda que las Sectas no sólo están causando daños sicológicos sino también físicos, ya es hora que la justicia de España y de Latinoamérica abran los ojos y enfrente esta triste realidad y así configure su acción como delito de manipulación sicológica tal como lo ha hecho la justicia de Francia.
Saludos de una ex sectárea (mormona), y que el Señor les bendiga
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