Cuando se trata de hablar de dinero y coste, Jean-François Valli no se alegra. Las manos en la barra, tartamudea, balbucea, busca sus palabras. Viéndole debatirse el martes 26 de mayo ante el tribunal correccional de París que le juzga desde la víspera, a él y a otros seis adeptos de la Iglesia de la Cienciología por “estafa en banda organizada”, uno se pregunta cómo este antiguo “consejero orientador” ha podido, durante diez años, ayudar a los “parroquianos” a ir hacia la purificación. Lo contaba el pasado 28 de mayo Yves Bordenave en Le Monde.
“Sin medios financieros, ¿se puede progresar en la Cienciología?, insiste Olivier Morice por la parte civil. “Bueno… En la Cienciología adquieren una mejor comprensión de sí mismos y entonces son capaces de progresar en la vida y obtener los medios para superar el obstáculo”, farfulla este adepto de la Cienciología desde 1989. “Pero, ¿cómo lo hace una persona con el RMI, por ejemplo?”, pregunta Nicolas Baïetto por el ministerio público. “Creía haber respondido. La Cienciología es un curso de conocimiento sobre la propia vida”, afirma el discípulo para el que los escritos de Ron Hubbard tienen valor de certificación.
¿Progresar, purificarse gracias a las virtudes de Dianética? Aude-Claire Malton hizo en ella la experiencia entre mayo y septiembre de 1998. Con “la ayuda” de Jean-François Valli, precisamente. “Abusaron de mi debilidad para quedarse con mi dinero”, solloza. Esta mujer de 43 años, cabello rubio corto, se cruzó con los cienciólogos cuando atravesaba un período difícil. Empezó llenando un cuestionario. El diagnóstico fue: Mme Malton necesitaba una “reparación de vida” y una “purificación”.
Una especie de tratamiento de choque que consiste en cursos de comunicación, lectura de textos de Ron Hubbard, sesiones de sauna, toma de vitaminas, acompañado cada vez de cheques para los “materiales accesorios”: paks de libros, instrumentos -como el electrómetro para medir “el estado o los cambios espirituales”-, vitaminas y cursos. En total, Aude-Claire Malton paga casi 30.000 euros (200.000 entonces) en cuatro meses. “Cada vez que iba allí, me incitaban a pagar cursos por adelantado”, testifica.
M. Valli tenía atenciones delicadas con ella. Cuando se le acabó el dinero, todas sus cuentas vacías, le dijo que eso no era problema. Le aconsejó pedir un préstamo a Sofinco. Quedó con ella y la acompañó. “Me quitaron todo. Me destrozaron. Así es la manipulación mental”, acusa. M. Valli sólo ve en todo ello “amigabilidad”. “Necesito hacer participar y notaba que Aude-Claire quería progresar realmente”, explica. “Ella estaba contenta. Había visto películas, leído libros de la Cienciología”. Ella le parecía “sincera en sus decisiones” hasta el punto de aconsejarle “estudios universitarios”.
Él sabe hasta qué punto esta fe puede mover montañas. Para elevarse al “estado de Claro”, primera etapa de la Cienciología, le costó alrededor de 40.000 euros. Pero la Cienciología “es darse a sí mismo los medios”, se defiende. La audiencia continúa hasta el 17 de junio.
Fuente: Info-RIES nº 137 (13/06/09).
No hay comentarios:
Publicar un comentario