Investigación periodística exhaustiva sobre la Iglesia Universal del Reino de Dios

Durante varios meses, un equipo de periodistas del diario hondureño El Heraldo trabajó con el fin de desenmascarar a la asociación denominada “Iglesia de Vida Nueva”, que ha convertido la fe en mercancía, tal como señalaba el rotativo en la presentación de la serie de artículos.

Varias grabaciones de los cultos, decenas de fotografías, testimonios, entrevistas y documentos evidenciarán cómo en nombre de Dios manipulan y explotan las emociones y las más urgentes necesidades de una población ignorante y sufrida, sin que haya una autoridad competente que pueda ponerlos en orden.

En un esfuerzo por orientar a la sociedad y exigir al gobierno una investigación de esta denominación, El Heraldo ha publicado desde del 10 de marzo una serie que ha puesto al descubierto lo que hay detrás de los que promueven la “teoría de la prosperidad”. Por su interés, le dedicamos este número monográfico del boletín Info-RIES, y añadimos al final una ficha técnica de la secta.

Comentario editorial

Una vez más, el periodismo de investigación de El Heraldo pone el dedo en una pústula social, esta vez la de aquellos que se aprovechan, para su propio beneficio, de las carencias materiales, emocionales e intelectuales de los más humildes. La desfachatez con que los pastores de la Iglesia Universal del Reino de Dios, que en Honduras opera con el nombre de Iglesia de Vida Nueva y con el impactante slogan de “Pare de sufrir”, resulta chocante desde los más diversos puntos de vista.

Si bien la manipulación de las creencias y la fe de la gente ha sido una constante en toda la historia humana -como nos lo recuerdan los escándalos de la venta de indulgencias y de los teleevangelistas- resulta todavía más repugnante que las víctimas de estos modernos mercaderes de la fe sean humildes compatriotas desesperados por los problemas socioeconómicos que empeoran en la actualidad.

Manipulando textos bíblicos, en un hábil sincretismo con prácticas espiritistas y de inducción o sugestión psicológicas, los pastores ponen en escena exitosas maniobras que les permiten despojar a los incautos del poco dinero que con grandes sacrificios adquieren. Todo en la errónea creencia que por unos cuantos lempiras se puede pagar la intermediación divina para solucionar todos los problemas terrenales, incluso la pobreza.

Como otros grupos religiosos, la Iglesia de Vida Nueva se aprovecha de la libertad de cultos no solo para expandirse en el territorio nacional, donde ya cuenta con 22 sucursales, sino también para utilizar un medio impreso, radio y televisión para realizar su proselitismo que no tiene ningún propósito de ayuda espiritual para sus fieles, sino simplemente convertirlos en creciente fuentes de ingresos.

Como se trata nada más que de dinero, los dirigentes de esta Iglesia también usan maniobras mercadotécnicas para mantener e incrementar sus ganancias, como la constante innovación a fin de no saturar a los incautos con lo mismo. Para el caso, en noviembre, el pastor prometía llevar personalmente las peticiones a “Los siete montes santos de Israel”; ya en enero la cuestión era recorrer “El Camino de la Prosperidad”; ahora en marzo, hay que pasar por el “Santuario de los milagros”.

Para asegurarse la gracia divina se deben colocar las peticiones en un sobre, por supuesto acompañadas de una ofrenda que debe ser tan grande y repetida como el milagrito que se necesite. Es lamentable, doloroso y frustrante, que a estas alturas de la civilización humana, con tantos dogmas derribados por la investigación científica, estos vividores, estos modernos mercaderes de la fe -como aquellos que Jesús expulsó del templo- sigan enriqueciéndose con las creencias y hasta con las carencias de muchos compatriotas.

Fuente: Info-RIES nº 124 (20/03/09).