Los esfuerzos de la grey católica por sostener a sus fieles dentro de la iglesia, se ven minados con la creación de nuevas sectas y el surgimiento inesperado de una adoración casi fanática de la Santa Muerte, explica Guillermo Martínez en el diario MetroNoticias de Tamaulipas.
Los accesos a la ciudad de Reynosa, donde los panorámicos eran el principal atractivo en busca de ofertas en McAllen, fueron opacados por atractivas capillas para el culto a imágenes alusivas la figura de la Santísima Muerte, como le llaman algunos.
Las veladoras en tres colores distintos, tienen un significado para estos creyentes, la blanca es para la salud, en amarrillo para el dinero, la negra ayudara en las cosas difíciles siendo esta la más solicitada mientras que la roja es para el amor. La de color negro, tiene también sugerencias mal intencionada y de daños a terceros. Sin embargo, la Iglesia Católica rechaza y condena su veneración considerándola diabólica. No sólo la Iglesia Católica, también las Iglesias Bautistas, Presbiterianas, Del Nazareno, Metodistas y del Movimiento Pentecostés. Aunque eso no significa que se rechaza a los creyentes que oran a la imagen de la muerte.
Para muchos reynosenses, la veneración a la Santa Muerte o la Santísima Muerte, está estrechamente ligada a personas que ligados a la delincuencia organizada, y la Secretaría de Gobernación desaprobó su existencia, ya que su adoración podría propagar según ellos masivamente conductas criminales con fines supuestamente religiosos.
Sin embargo, las personas que asisten a estos templos de tamaño reducido, son personas que poco o nada tiene que ver con actos delictivos, prueba de ellos es un velador ya fallecido de nombre Santiago, quien aseguraba hasta hace cuatro años que se le había aparecido la santa Muerte y le pidió la construcción de un templo en su honor. De inmediato lo erigió a un costado de la carretera ribereña a la altura de la Curva el Murillo, donde existe otro en honor a la Virgen de Guadalupe.
Apenas lo había construido y puesto una imagen de la Santísima Muerte, cuando cientos de veladoras y nuevas imágenes se iban sumando al altar, hoy este recinto se encuentra en peligro de desaparecer por una señora de nombre Vicky Garza, se proclamó dueña del peñasco donde está la capilla y exige el pago de una renta. La hija de Santiago, señala que le dieron hasta el día último de marzo para empezar a pagar la mensualidad por uso de suelo o retirar su santuario.
El caso más reciente, fue el que se vivió en la carretera Reynosa-Río Bravo frente a la maquiladora Rey-Mex, donde una mujer mando erigir una capilla que albergaría un santuario en honor de la Santa Muerte. Por un error de cálculo la imagen de casi dos metros de altura, no pudo entrar a la capilla y la dejaron en su exterior, situación que de inmediato llamo la atención de más de cinco mil empleados de maquiladoras que recorren ese tramo de regreso a sus casas. Apenas una semana, duro la obra y tres días su exhibición, el ayuntamiento municipal ordeno fuera derribado el altar, por entorpecer las labores del departamento de Obras Publicas en esa Zona. Pero llama la atención, el hecho de que solo bastaron tres días para que al menos tres decenas de veladoras en distintos colores, fueran encendidas.
Existe la creencia de que este culto haya nacido alrededor de los ochenta en Catemaco, Veracruz, cuando una persona vio la figura de la Santa muerte dibujada en las tablas de su choza. La leyenda narra que el hombre fue a pedirle al cura local que verificara la imagen y la canonizara, pero este se negó, el proceso no le competía al cura, tachando el suceso de satanismo, por lo que el rumo fue de boca en boca, hasta propagarse a otros Estados, sin que haya una organización fija, por temor a ser satanizados.
Aunque otras fuentes consultadas en Internet, revelan que la creencia iniciaría en la época prehispánica, bajo el nombre de Mictecancuhtli y Mictecacihuatl como el dios y diosa de la muerte, la oscuridad y el Mictlán "la región de los muertos" (se manejaba un concepto de dualidad en la religión Mexica o azteca). A este lugar iban los hombres y mujeres que morían de causas naturales. Pero el camino no era fácil. Antes de presentarse ante el Señor y Señora de la muerte había que pasar numerosos obstáculos; piedras que chocan entre sí, desiertos y colinas, un cocodrilo llamado Xochitonal, viento de filosas piedras de obsidiana, y un caudaloso río que el muerto atravesaba con la ayuda de un perro que era sacrificado el día de su funeral (Xoloizcuintl).
Mictlantecuhtli y Mictecacíhuatl fueron sin lugar a dudas las deidades a quienes se encomendaban a los muertos pero también eran invocados por todo aquel que deseaba el poder de la muerte. Su templo se encontraba en el centro ceremonial de la antigua ciudad de México-Tenochtitlán. Esta creencia prehispánica podría tener eco en la cultura popular mexicana, si se toma en cuenta que a nivel nacional, el día primero de noviembre está consagrado a la celebración del día de muertos.
Para quienes veneran este culto, "La muerte es justa y pareja para todos pues todos vamos a morir". Los seguidores de la Santísima como también se le llama, saben que existen dos tipos de peticiones, las que demandan parabienes y aquellos que buscan el mal para quienes consideran sus enemigos. Pero existen otras creencias poco ortodoxas, como tomarse un tequila junto al altar con la santísima o en el más extremo de los casos, llevar algo de marihuana, aunque también pueden observarse ofrendas frutales, comida y hasta cartones de cerveza.
Se considera que el demandante de un favor, deberá otorgar una manda que podrá cumplir, porque podría sufrir las consecuencias de su olvido. Sus seguidores la suelen llamar flaquita, Niña Blanca Santita, Chiquita, etcétera. Esto es según la personalidad de cada orante, y esta cultura se extiende rápidamente desde centro hasta Norteamérica. Una plegaria breve, es la que se recita especialmente antes de algún evento abrupto y peligroso, la cual dice: "Santísima Muerte de mi adoración, no me desampares de tu protección"; esta oración puede tener la variante: "Santísima Muerte de mi salvación, no me desampares de tu protección".
La Iglesia Católica mexicana ha condenado su devoción, como un malentendido teológico que tienen algunos católicos. Esta confusión se debe a que en una cita del Apocalipsis de San Juan, se menciona que la Muerte será lanzada a un pozo de lava hirviendo: "Y el mar devolvió los muertos que guardaba, la Muerte y el Hades devolvieron los muertos que guardaban, y cada uno fue juzgado según sus obras. La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego - este lago de fuego es la muerte segunda -" (Apocalipsis 20, 13-14). O bien, se debe a las oraciones del rito del sacramento de la Unción de los enfermos en la que se pide a Dios una "santa muerte", es decir, "morir en amistad con Dios", en el caso de que el enfermo se encuentre en estado terminal.
La ruta de la Muerte
En su ingreso a Reynosa sobre la carretera Monterrey, los turistas podrán avistar tres santuarios a la Santa Muerte, uno de ellos puede ser apreciado a distancia por la cantidad de Veladoras que tiene encendidas en espera de un favor o como agradecimiento por los recibidos. Esta se localiza cerca de un retén de la Policía Federal, donde los uniformados toman con la naturalidad que vehículos en ambas direcciones frenen su marcha y sus tripulantes recen o prendan veladoras. Los otros dos se encuentran sobre la misma carretera, pero son de menor tamaño, aunque eso no es impedimento para que los creyentes los visiten.
La carretera ribereña paralela al Río Bravo, desde matamoros hasta Chihuahua, también tiene este tipo de altares, el más grande se encuentra en la entrada a Nuevo Laredo, mientras que en la curva el Murillo existe otro y unos doscientos metros al oriente de la entrada a la Playita en Reynosa, se aprecia uno más. Los vecinos señalan que un día llegaron albañiles en camionetas modestas y empezaron a levantar las capillas, nadie dijo que serían Santuarios a la muerte, hasta que empezaron a llegar las figuras y las veladoras.
Las hierberías venden en diferentes precios las veladoras, pero la señora Margarita Elizondo en la comunidad de Valadeces, municipio e Díaz Ordaz, encontró una forma de vida en la venta de figuras de cemento de casi dos metro de altura. Las figuras con un peso de 800 kilos, se llegan a vender hasta en 2, 500 pesos. En la ruta Reynosa-Nuevo Laredo, esta la entrada a Guardados de Abajo, donde existen varios altares a la Santísima.
En los Guerra, municipio de Miguel Alemán, se puede apreciar otro altar similar. En esta zona las creencia varia, están la de la gente que pide favores o milagros económicos y de los hombres de con poder político o criminal, quienes demanda venganzas o muertes de sus enemigos. Frente al campo santo de Nuevo Laredo, hay dos tempos a la santísima muerte, uno de ellos es una impresionante construcción de dos pisos edificada a base de cantera. En dolores Hidalgo, existe un santuario similar en honor de San judas Tadeo que es visitado por cientos de traileros, pero los altares a la Santísima muerte van ganando Terreno en todo Tamaulipas y Veracruz.
Fuente: Info-RIES nº 123 (16/03/09).
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