Tras un intenso debate y la discusión de 58 enmiendas (correcciones al texto), el informe “Protección de menores ante los excesos de las sectas” consiguió finalmente el pasado día 10 de abril, la aprobación de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa (CE). Defensores de la libertad religiosa y de conciencia (incluida la Alianza Evangélica Europea) habían mostrado su preocupación por un texto poco conciso en sus términos que podría ser usado para estigmatizar a grupos religiosos minoritarios, según informa el medio Protestante Digital. Reproducimos a continuación lo que cuenta allí el redactor Joel Forster.
Parlamentarios españoles
La resolución se aprobó por 29 votos a favor, 14 en contra y 11 abstenciones. Un total de 267 parlamentarios ni siquiera se presentaron a la votación. De los parlamentarios españoles llamados a la votación acudieron solamente 4. De ellos, el único español que votó en contra del informe fue Ángel Pintado (del Partido Popular Europeo, PPE).
En cambio, apoyaron el texto con su voto a favor los parlamentarios Arcadio Díaz Tejero (Grupo Socialista Europeo, GSE), Laura Seara (también del GSE) y José Ignacio Palacios (del PPE). Puede verse el sentido de los votos de todos los parlamentarios presentes en la votación en este vínculo.
Decepción de la Alianza Evangélica
Por su parte, Julia Doxat-Purser, representante sociopolítica de la Alianza Evangélica Europea, siguió muy de cerca el debate y se mostró “particularmente frustrada que una resolución así fue apoyada por sólo 29 de los 321 parlamentarios que podrían haber votado”.
“La Alianza Evangélica Europea está triste porque la Asamblea Parlamentaria de Consejo de Europa creyó que se debía aprobar una resolución que anula la comprensión internacional aceptada que dice que apuntar a supuestas ‘sectas’ es discriminatorio y perjudicial para la libertad religiosa”. Pese a la “decepción”, se consiguió la “aprobación de 9 enmiendas”, explicó Doxat-Purser.
Un tema polémico
Tras una sesión matinal del jueves 10 de abril de la Asamblea Parlamentaria del CE repleta de parlamentarios (en gran parte porque se votaba la suspensión del derecho a votar en el CE de la delegación rusa como castigo por la invasión de Crimea), la sesión de la tarde empezó con muchos menos parlamentarios presentes. En total sólo 55 de los 321 parlamentarios de toda Europa estaban presentes para votar.
En el segundo punto del orden del día el parlamentario francés del GSE Rudy Salles defendía su informe. En los minutos que se le concedieron para presentar sus argumentos a favor del “Sí”, Salles dedicó mucho tiempo a hablar de la repercusión que su informe ha tenido en los días previos a la votación.
Reconoció que el “tema es polémico” y habló de “presión” para “parar el informe” de “organizaciones no gubernamentales” que se mostraban críticas con su informe. Objeciones a su texto que “no eran espontáneas”, sugirió, refiriéndose a la movilización de muchas personas que han manifestado en los últimos días su rechazo al texto por considerarlo peligroso para las minorías religiosas y tendencioso en sus argumentación.
Entre las organizaciones que habían mostrado públicamente su preocupación se encontraba la Alianza Evangélica Europea y la Alianza Evangélica Española (AEE), que pedían introducir importantes enmiendas o incluso votar en contra del texto que ha sido aprobado. “No estoy de ninguna manera intentando parar la libertad de conciencia o de religión”, dijo Salles.
Después de él, hasta tres otros parlamentarios franceses (tanto del grupo popular europeo como del grupo socialista) tomaron la palabra para cerrar filas con Salles. Recordaron que algunos de los crímenes de sectas en Europa incluyen, por ejemplo, “abusos sexuales diarios”.
También hubo alusiones a la educación en casa (el llamado ‘homeschooling’) como otro de los posibles abusos de las sectas. Se argumentó que “la religión no es un peligro para los menores, pero las sectas sí”, especialmente porque “muchas sectas se presentan legalmente como religiones”.
Ya en el debate por las enmiendas, Salles llegó a decir que se habían dicho “mentiras” contra su informe. Ante los que le acusaban de presentar un texto cargado de una ideología secularista muy propia de su contexto nacional, el parlamentario respondía que “no es un informe puramente francés”.
Eso sí, aludió como ejemplo de secta peligrosa a los “180.000 miembros de los testigos de Jehová en Francia”, entre los que se “fuerza a menores a hacer proselitismo muchas horas cada semana”. Salles terminó diciendo que “si no adoptamos este texto hoy, seremos cómplices de los que están haciendo daño” a los menores.
La oposición, liderada por un parlamentario bautista
En la hora larga de debate destacó la oposición frontal al informe de cuatro parlamentarios. El más contundente fue el parlamentario moldavo Valeriu Ghiletchi (del PPE), cristiano evangélico bautista. Suyas fueron la mayoría de las enmiendas, y él fue quien defendió con más claridad y a lo largo de más de 20 breves intervenciones la “peligrosidad” del informe de Salles.
Reiteró hasta la saciedad en definir claramente qué es una ’secta’ o cambiar la palabra por otras que se han propuesto por la ONU en el pasado. Criticó en este sentido los “términos indefinidos” empezando por el mismo título del informe.
La palabra “secta”, defendió, podría ser interpretada libremente por cualquier parlamentario o gobierno según su ideología o contexto cultural: “Tenemos definiciones diferentes en esta misma asamblea”. Por ello, llamó a “no usar palabras que estigmatizan a las personas” y a “no imponer la definición de la palabra ‘secta’ del señor Salles sobre el resto de personas”.
Acusó al comité de redacción del informe de “no ser ni imparcial ni neutral” y de redactar un planteamiento que “no está basado en evidencias”. Defendió que si bien es muy importante proteger a los menores de los abusos, esto es algo que se debe llevar a cabo independientemente de si el infractor es un grupo religioso o no, y a la vez pidió que “pensemos en los derechos de los niños que pertenecen a minorías religiosas”, que pueden tener una educación conforme a su fe, aunque esta sea minoritario.
¿Sectas o religiones minoritarias?
Ghiletchi fue quien presentó varias de las 9 enmiendas que la Asamblea Parlamentaria decidió aceptar, entre ellas una que pedía que se sustituyera en varios párrafos del texto la palabra “excesos de las sectas” por un concepto más claro como “violaciones de la ley por parte de las sectas”, y así evitar interpretaciones libres del concepto “exceso”.
En sus últimas intervenciones, y después que la mayoría de sus enmiendas fueran rechazadas, Ghiletchi dijo, visiblemente afectado, que “hoy es un día muy triste”. Como nota personal, y a modo de ilustración de sus argumentos, explicó a la Asamblea: “Yo soy parte de una religión minoritaria que en la URRS era llamada ‘secta’”.
En un intento final el parlamentario moldavo incluso pidió que se devolviera el informe al comité encargado de su redacción, con tal de reescribirlo. Fue en este momento cuando el parlamentario español Arcadio Díaz Tejera pidió la palabra para oponerse a ello alegando que sería “una falta de respeto” al trabajo de los redactores. La propuesta se desestimó por la mayoría de la Asamblea.
Fuente: Protestante Digital
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