La Fraternidad Rosacruz se fundó en el 1909 en EE.UU por Karl Ludwig
Von Grasshoff, más conocido por el pseudónimo de Max Heindel, y actualmente tiene
su sede central en Oceanside, California. Es una mezcla de ideas teosóficas,
gnosticismo, ideas masónicas, herejías cristianas (se hacen llamar “místicos
cristianos”), astrología, alquimia, pseudociencia, religiosidad sincrética…
creyendo en lo que ellos llaman “Hermanos Mayores”, que son energías que se
ponen en contacto con los seres humanos y sus elegidos, entre ellos su fundador
M. Heindel, que como profeta y portavoz hablaba por boca de ellos.
Al igual que otras organizaciones rosacruces (pues son muchas las
ramas de los rosacruces, ya la Fraternitas Rosae Crucis, la Societas
Rosicruciana in Anglia, la Ordo Rosae Rubeae et Aureae Crucis, la Orden
Kabalística de la Rosa Cruz, la Antigua y Mística Orden de la Rosa-Cruz
-AMORC-, la Ordo Templi Orientis -OTO-, y sus diferentes ramificaciones y
variantes), dicen que están ligadas al misterioso personaje Christian
Rosenkreuz del siglo XVII.
Si nos adentramos ya en el sentido que ellos dan a la Pascua hemos de
referirnos a su teoría de los diferentes cristos, que son manifestaciones
diversas del mismo nombre "cristo". El primero sería el Cristo
Cósmico, que definen como el Verbo, la Palabra, que es vibración, poder creador
y difusor de luz y de amor. Otro cristo es el Cristo Planetario: lo que sólo
existía en el Cosmos, nació también a partir del Calvario en el interior de la
Tierra. Y aquí ya entramos en el sentido que dan a la Pascua, pues este Cristo
Planetario está personalizado por un arcángel, el más elevado de entre ellos,
el de la jerarquía de Capricornio (como vemos aquí, un sincretismo
cristológico-angélico-astrológico), el cual se convirtió en la segunda persona
de la Trinidad y en un canal o medium de ella, y con sus huestes de Ascendidos
o Potencias Elevadas se estableció en torno al Sol, en su aura.
El tercer cristo es el Cristo histórico, que en Navidad celebran como
manifestación, pues es considerado como el más elevado de los hombres, el más
evolucionado de los nacidos de mujer, el cual sintonizó con el Cristo Cósmico,
elevándose y alcanzando la pureza alquímica, de tal suerte que su cuerpo físico
y etérico se enlazó con el del arcángel Cristo, ocurriendo todo ello bajo el
signo astrológico de Virgo, que asomaba por el horizonte. En el bautismo en el
río Jordán este Cristo histórico vivió el momento más importante de su vida,
pues en ese instante alcanzó el instante más elevado, y que ninguna criatura podría
soportar, pues se unió con la gran Vibración, la poderosa energía del Cristo
Cósmico.
Finalmente está el Cristo Místico o Interno. Es el más importante para
nosotros, dicen en esta sociedad secreta de la Fraternidad Rosacruz, porque es
el pedazo o trozo de Dios que reside en cada uno, el cual se activó el día de
Pentecostés.
Para este grupo esotérico la crucifixión no es necesaria, es
suficiente la renuncia, el sufrir persecución, insultos…., siendo suficiente
las contrariedades de la vida, esto es para ellos la cruz. Sin embargo para los
cristianos la Cruz es mucho más, la cruz es mi cruz con Cristo, en la Trinidad
de Dios, en la Iglesia, donde la Cabeza es Jesús el Cristo, el cual es Dios
mismo, venciendo a la muerte y salvándonos.
Hablemos del último de los cristos en los que cree esta sociedad
secreta. Es el Cristo Eucarístico, del que hablan en la eucaristía, la
consagración, haciendo su propia y esotérica interpretación de la
transubstanciación. Ellos hablan de “las palabras del poder”, las cuales son
según ellos "esto es mi cuerpo"
y "este es el cáliz de mi sangre". Pero sobre todo, "bendito el
que viene en nombre del Señor", por las que se evoca a un
ángel, el ángel de la Presencia. No obstante, realemente dicen que no es un
ángel como un ser vivo o viviente, sino que es una imagen de la mente que Cristo
envía en el momento de la consagración y sirve de ayuda a que ésta ocurra. Con
este ángel llegan también otras huestes de ángeles, los Contemplativos son
llamados, que se bañan en la energía que sale de la Hostia. Así, con la
transubstanciación, dicen, ocurre algo mágico, maravilloso, pues los átomos
físicos se unen con el mundo astral y sus átomos astrales, y con el mundo
mental y sus átomos mentales, y así quedan unidos a Dios. Según los rosacruces, en la
transubstanciación el ángel de la Presencia corta los hilos que unen los mundos
físico, astral, y mental y los cambia por un rayo de energía que es fuerza del
Cristo Cósmico. Así, aunque parezcan pan y vino es Cristo, el Cristo Cósmico,
quien está. Y esto se logra mediante corrientes magnéticas solares, pues antes
dijimos que en el Sol está, en su aureola, el Cristo Planetario.
La Fraternidad Rosacruz considera que hay dos tipos de corrientes
magnéticas entre el Sol y la Tierra: las que circulan desde la medianoche al
mediodía van desde el Sol a la Tierra; y
se mueven en sentido contrario las que ocurren desde el mediodía a la
medianoche. Así, la eucaristía según ellos, ha de celebrarse aprovechando el
sentido de la corriente magnética que va desde el Sol a la Tierra para que la
transubstanciación ocurra, si no, sería simplemente una devoción sin más.
Como vemos, una amalgama de ideas confusas, sincréticas, tomadas de
fuentes cristianas, heréticas, rituales masónicos, fondo de la Teosofía,
gnosticismo antiguo, esoterismo y hermetismo, con lenguaje y simbolismo
alquímico y astrólogico entre otros elementos principales, que tanto se están
difundiendo no sólo por medio de las ramas rosacruces, sino sobre todo desde
los múltiples escaparates y micrófonos de la Nueva Era, a veces infiltrados en
la misma Iglesia Católica.
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