La Iglesia Universal del Reino de Dios (IURD), también conocida como “Pare de Sufrir", invertirá más de 10 millones de dólares en su nueva “catedral” en la avenida 18 de Julio (una de las principales de Montevideo). Sus manejos financieros y religiosos están sospechados en varios países de la región pero en Uruguay la secta está exonerada de impuestos.
Así encabezaba el pasado 5 de noviembre su artículo, titulado “Trabajo divino", el redactor Sebastián Cabrera, en el diario uruguayo El País.
Una novedad urbanística en Montevideo
Un día tembló toda la manzana. Y tembló al día siguiente. Al otro y al otro. El viejo edificio de la automotora Passeggi caía de a poco y Mabel fue testigo privilegiada de ese proceso de demolición que duró varios meses, desde su terraza en el séptimo piso del edificio pegado a la obra. Y desde hace un año ve, desde esa misma terraza, cómo empieza a levantarse la imponente catedral de la IURD, más conocida como “Pare de Sufrir", en la avenida 18 de Julio, entre Martín C. Martínez y Pablo de María.
“Al principio decían que venía Tienda Inglesa”, dice Mabel, presidenta de la comisión y a la vez la vecina más veterana del edificio, y es cierto que se consideró ubicar ahí una gran superficie. “¡Mi sueño siempre fue tener una Tienda Inglesa al lado!”. Sale a la terraza y mira a los obreros moverse de un lado para el otro como hormigas y a las grúas levantar y bajar materiales.
Pero esa obra no es de Tienda Inglesa. Será el primer templo construido por Pare de Sufrir en Uruguay, que hasta ahora compraba o alquilaba locales ya existentes, en general viejos cines. No hay dudas que es un punto de inflexión en su presencia en el país, que se inició a mediados de la década de 1990 pero se masificó a partir de 2000. Hoy tiene al menos nueve iglesias en Montevideo y 16 en el interior.
El nuevo templo -con frente vidriado, el doble de capacidad que la actual sala en el ex-cine Trocadero, un subsuelo para 90 autos, además de estudio de televisión y radio- será inaugurado a mediados de 2012 y costará más de 10 millones de dólares, según pudo confirmar Qué Pasa.
El arquitecto Fernando Santana, supervisor en representación del estudio Christoff-De Sierra, dice que la construcción que realiza la empresa Stiler costará unos ocho millones de dólares. Pero a eso hay que sumarle todo el mobiliario, desde las 2.500 butacas hasta los estudios de televisión y de radio. Y está el valor del terreno, de más de 4.000 metros cuadrados, que hoy supera los tres millones de dólares. A la iglesia le costó al menos dos millones cuando lo compró hace un lustro, según estimaron varias inmobiliarias. “Es un terreno casi único en 18 de Julio, con 50 metros de frente”, dice Santana.
La demolición del viejo local de la automotora, a cargo de Oddone y Zunino, costó unos 100.000 dólares. Un operador de la construcción estimó que el costo total de la obra de Pare de Sufrir “será entre 15 y 18 millones” de dólares.
En qué consiste la secta
Una inversión extraordinaria para esta secta neopentecostal de origen brasileño célebre por su fuerte estrategia de marketing y por darle gran relevancia a las curas, milagros y exorcismos. Y también porque el acto de dar diezmo ocupa un lugar prioritario en las ceremonias. Tan prioritario que, según se ha denunciado, los fieles son casi “extorsionados” psicológicamente para aportar dinero. Es una iglesia que en Brasil es investigada hace años y hace un mes recibió cargos por lavado de dinero (al menos unos 235 millones de dólares), fraude y asociación para delinquir. Tiene denuncias similares en varios países latinoamericanos.
Posee 50 radios y 70 emisoras de televisión (entre ellas Rede Record, la segunda más grande del país), cines y un banco. Cuenta con un brazo político: el Partido Republicano Brasileño, socio de la coalición que apoya a la presidenta Dilma Rousseff. Una secta con ocho millones de fieles en unos 140 países, desde Alemania a Mozambique. Es la multinacional brasileña con más sucursales en el mundo.
Y en Uruguay está eximida de pagar impuestos. Al igual que todas las instituciones religiosas, esta iglesia no paga tributos debido a que el artículo quinto de la Constitución declara “exentos de toda clase de impuestos a los templos” de “las diversas religiones”. El director general de Rentas, Pablo Ferreri, dice que no corresponde a la Dirección General Impositiva decidir qué es “justo o correcto” y que el tema en todo caso debe tratarlo el Parlamento. “No parece lógico decir ‘a esta sí y a esta no’. ¿Dónde pongo el límite? ¿Una sinagoga sí? ¿La Iglesia católica? ¿Y cualquier otra religión o secta?”, se pregunta.
La gran catedral montevideana, de todos modos, será algo pequeño al lado de la catedral que se construye por estos días en San Pablo y que estará pronta en 2014. Según anunció el obispo Edir Macedo -fundador de la IURD-, tendrá una altura similar a la de un edificio de 18 pisos y casi dos veces la altura de la estatua del Cristo Redentor. Y con sus 126 metros de largo por 104 de ancho, será más grande que una cancha de fútbol. Es una réplica del Templo de Salomón en Jerusalén, donde entrarán unas 13.000 personas y la obra costará 200 millones de dólares, según informó la BBC. Para este informe Qué Pasa intentó infructuosamente contar con la versión de la IURD, que finalmente no respondió un cuestionario enviado vía mail.
Templo millonario
La obra, que se inició en octubre de 2010, ocupa casi media manzana y el predio da a 18 de Julio y a la calle Colonia. Al frente tendrá un hall principal (en el cual ya se ven unas enormes columnas) con dos niveles, donde también funcionarán las aulas de una escuela bíblica.
El estilo contemporáneo y “renovador” del templo, con su enorme frente vidriado, se debe a la idea de “ir aggiornando la imagen” de la secta. Santana dice que eso tal vez “responda a impulsos personales de algunas autoridades” y cuenta que la imagen de esta nueva catedral recibió “algunas reticencias en varios pastores de la propia iglesia, que prefieren obras más neoclásicas, con muchas columnas”.
La sala central tendrá 40 metros de ancho por 50 de profundidad y ocho metros de alto, con techo de chapa a dos aguas y 2.500 butacas. En el actual local, en el ex-cine Trocadero, entra la mitad de gente: 1.241 personas. Abajo de la sala habrá un subsuelo con capacidad para más de 90 autos. “Hay fieles que tienen muy buen nivel socio económico; no son todos pobres”, dice una fuente cercana a la institución.
Al fondo de la sala, habrá un edificio de cuatro pisos con baños y vestuarios, una sala pastoral para 250 personas y oficinas. Y más al fondo, sobre la calle Colonia, se usará una parte vieja del edificio de Passeggi que no fue demolida debido a que “no daba la plata”. Esa estructura será reciclada para construir estudios de radio y televisión y apartamentos para los obispos. En la azotea habrá una subestación de UTE.
La actual sede de la iglesia en el ex-cine Trocadero en 18 de Julio y Yaguarón, en tanto, ya fue vendida y todo indica que allí funcionará una “gran tienda”, dice una fuente cercana a la secta. A fines del año pasado el portal Infonegocios mencionó la posibilidad de que se instalara Zara, pero la empresa lo negó ante la consulta de Qué Pasa.
Disputa por la construcción
Al llamado para construir la obra se presentaron Stiler (que resultó ganadora), Sacem, Campiglia y la brasileña Acta, propuesta por la secta. “Las empresas constructoras top five se sacaron las ojos”, dice un empresario del rubro. Y agrega: “No hay mejor cosa que trabajar con la gente de esta iglesia, paga súper en fecha”.
Santana lo confirma: “En nuestro ramo una de las tareas más difíciles es poder cobrar… En ese sentido, ellos son un buen cliente”. El proyecto original fue realizado por un estudio argentino y luego adaptado por el estudio uruguayo Christoff-De Sierra, que ya había trabajado en otros proyectos para ese mismo predio, incluyendo edificios y un supermercado. Santana especula que la iglesia generará un enorme movimiento “en una zona que estaba muy deprimida”.
Mabel, presidente de la comisión del edificio pegado a la iglesia, admite que en el futuro mejorará el ambiente en la zona, pero hoy está más preocupada por las fisuras provocadas en el pozo de aire. Así, los vecinos contrataron un abogado y arquitectos para hacer un reclamo económico por esa rotura y para que la constructora pague por el uso de la medianera. Mabel espera que Stiler cumpla y arregle lo que rompió, pero eso será recién al final de la obra. “Lo arreglan o vamos a juicio”, dice.
En el predio trabajan unas 120 personas. La Intendencia Municipal de Montevideo le aprobó todos los permisos de construcción, después de que la secta levantara varias observaciones. Pero el director de Espacios Públicos, Daniel Espósito, dice que le llama la atención “de dónde sacan tanta plata”. Y pide que se reflexione “cómo progresan tanto estas iglesias”.
Se sabe que el diezmo y las ofrendas ocupan un lugar relevante en los cultos de Pare de Sufrir (a veces casi la mitad del tiempo de la ceremonia), pero cuesta creer que sea suficiente para financiar los más de 10 millones de dólares.
Una mañana de sanación
Estoy con los ojos cerrados y la mano en el corazón, parado a tres o cuatro metros del estrado de la secta Pare de Sufrir, en el salón del ex-cine Trocadero. “¡Quema! ¡Quema! ¡Quema!”, me grita enfurecido un pastor jovencito mientras me presiona la cabeza con sus dos manos. Esta es mi primera (y quizás última) ceremonia de la IURD.
Pasan unos minutos de las 10 de la mañana y el enorme salón, en penumbras, está casi vacío. Somos cuatro. A mi lado, una señora mayor bajita y algo encorvada, un anciano con una larga barba blanca y sobretodo oscuro, además de una mujer algo más joven y obesa. Al menos por su vestimenta, las tres personas parecen de origen humilde. Desde el hall se escuchan gritos: un pastor le está sacando “el diablo” a una mujer y a su hijo.
Yo había llegado puntualmente para la ceremonia de las 10. Me senté en tercera fila y enseguida un pastor me pasó agua por la frente y me invitó a pararme. Y acá estoy, con los ojos cerrados y un hombre gritándome al oído. “¡Salga el diablo! ¡Quema, quema! Salga toda enfermedad, todo sufrimiento”, grita él, con el inconfundible acento brasileño. Al rato se tranquiliza. “Ahora puede hablar bajito con el Señor, está curado”, me susurra, aunque yo nunca le comenté que estuviera enfermo. “¿Se siente mejor?”, pregunta él. Es martes, día de reunión de sanidad, día de curar enfermedades. A la señora bajita y encorvada le acaban de curar la diabetes, por ejemplo.
Después de cumplir el mismo rito uno por uno, el pastor me mira y me pregunta si es la primera vez que vengo. Pero justo me llega un mensaje de texto al celular. “Atienda el teléfono si quiere”, me dice él. La señora a la que le curaron la diabetes le pide un sobre para “poner el diezmo”, pero el pastor nos invita a ponernos en ronda, tomarnos de la mano y cerrar los ojos. Ellos (los tres fieles y dos pastores) empiezan a cantar una canción. Todos la saben de memoria. Intento seguirlos al menos con la tonada.
Después los pastores desaparecen y los cuatro nos sentamos en primera fila. La señora bajita me aconseja: “Seguí viniendo, sabés, no vayas a cortar. No cortes”. Y dice que ella participa desde hace trece años pero una vez “cortó” y le fue horrible. “Vos no pares, no cortes”, insiste. Le pregunto por qué hay tan poca gente hoy. “No sé, será la hora", dice. Hay cuatro sesiones diarias y parece que la de la noche, a las 20, es la más concurrida. Además de esta sede, hay iglesias en Cerrito de la Victoria, Cerro, Colón, Paso Carrasco, Paso Molino, Piedras Blancas, Punta de Rieles y Unión. Y 16 locales en el interior. Tienen transmisión de radio y televisión las 24 horas por la web, y también un programa en Canal 4.
Cada día hay una temática distinta en el templo. El viernes es la sesión de descarga espiritual, donde se hacen liberaciones y exorcismos. Los sábados de tarde es la reunión de los casos imposibles, donde solucionan desde “vicios a enfermedades o empresas en quiebra”.
Los dos pastores vuelven a aparecer acá en el ex-cine Trocadero y uno de ellos me pide que regrese el viernes, justo el día de “deshacer las obras del diablo”. Me da un cuadernito donde debo poner mi nombre este viernes, que será el día “para deshacer las obras que son hechas en el cementerio”. La “acción del mal”, explican ahí, se presenta “en el cementerio, en la encrucijada, en la carretera, en los portones, en las pedreras, en el bosque y en la cascada”. No me queda claro pero igual guardo el cuadernito.
El pastor me saluda. “Lo veo el viernes, ¿okey?”. No me pide plata, pero a mí se me acaba de caer -sin querer- una moneda. No la levanto, ellos tampoco, y salgo de la sala. La moneda, creo que de dos pesos, quedó ahí en la butaca. Fue mi primer aporte económico a la IURD.
La opinión de un psicólogo
El psicólogo Alvaro Farías, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), dice que Pare de Sufrir usa técnicas de lavado de cerebro que buscan aniquilar el “sentido crítico de la persona”, algo típico de estas sectas de origen pentecostal.
Y cuenta una técnica que usan cuando se hacen sanaciones o exorcismos. “Todo empieza con cantos en un nivel de volumen uno, eso aumenta, aumenta, hasta que entra el pastor y se llega al volumen máximo”, relata Farías. “De golpe hay un corte abrupto y se baja otra vez a un volumen mínimo, lo que genera descargas de neurotransmisores del cerebro, que da analgesia temporal, un alivio del dolor, que es lo que se atribuye a los milagros”. Así, según el psicólogo, a una persona con artrosis de cadera le dicen que “se sanó”.
Y cuando alguien se desmaya o tiene una crisis de convulsión por ese ambiente intenso, hay una “atribución diabólica” y “sólo Pare de Sufrir puede curarla”.
- ¿Recibe consultas de familiares de personas que van a Pare de Sufrir?
- Sí, y relatan casi lo mismo que las familias con hijos adictos a la pasta base. Quedan solos y venden el televisor o lo que sea para diezmar para la secta. Hay que diezmar para que Dios te salve y ser próspero. Es una forma de comprar en cuota los milagros.
- ¿Y qué le piden los familiares?
- Quieren tratar de ayudar a la persona para que pueda salir. Pero el ingreso a una secta no es el resultado de un acto, sino la consecuencia de un proceso donde la salud mental de la persona ya estaba comprometida.
- ¿Conoce a alguien que haya salido del grupo y se haya recuperado?
- No. En general salen destruidos a nivel [p]siquiátrico y en bancarrota. Quedan con la familia fracturada y además sin trabajo.
Teología de la prosperidad
Pare de Sufrir es una pirámide en cuyo vértice hay quince obispos. Abajo, miles de pastores que reciben un porcentaje de lo recaudado. Luego le siguen “obreros", que desempeñan tareas de menor rango como atender el teléfono o pasar la bolsa del diezmo.
Miguel Pastorino -director del Departamento de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Montevideo y miembro fundador de la RIES- dice que la IURD tiene “mucho poder económico” a nivel mundial y estima que la construcción del templo “no sale del dinero de las ofrendas de la gente de Uruguay”, sino que viene del exterior. “Ellos han montado templos gigantescos en países muy pobres”, dice Pastorino. “Tener esos edificios monstruosos es una forma de impactar, más allá de la feligresía que se convoque”.
Pastorino explica que Pare de Sufrir forma parte de la corriente de la “teología de la prosperidad”, centrada en lo económico, que sostiene que “cuanto más dinero doy, Dios más me va a bendecir”. Así, la IURD hace la plata de forma simple: “Los fieles son incentivados (cuando no extorsionados psicológicamente) a donar su diezmo o sumas más altas de dinero y propiedades”.
El sociólogo Néstor Da Costa, especializado en religiones, sostiene que el diezmo es considerado sagrado por Pare de Sufrir. Y cita una frase del líder, Edir Macedo: “El dinero es para la iglesia lo mismo que la sangre es para el cuerpo físico”.
Mientras escucha los ruidos de la obra vecina, Mabel todavía recuerda aquel domingo en que Pare de Sufrir realizó una ceremonia después de la demolición del viejo edificio, y puso la piedra fundamental de la obra. “Vinieron fieles y barrieron todo un día entero. Luego pusieron como 3.000 sillas”, cuenta hoy. “Cantaban y cantaban”. Y, al final, pasaron bolsas color bordó para recoger el diezmo de los fieles. Un detalle que nunca falta.
Cómo ser un diezmista fiel es un libro de este movimiento neopentecostal donde se explica que el “diezmo es el 10% de las rentas salariales, beneficios empresariales, trabajos esporádicos o ayudas económicas”. Y debe darse en forma “exclusiva” a la secta y no a “personas carentes o necesitadas”.
Todo empezó en 1977 cuando Edir Macedo (hoy de 66 años) abrió una pequeña iglesia en Río de Janeiro, mientras trabajaba como cajero de la lotería. Al principio no le iba bien, hasta que una feligresa le donó dinero y compró 10 minutos en una radio. Ahí empezó el éxito. Hoy solo en Brasil tiene 9.000 templos.
Las acusaciones económicas
En la denuncia presentada en setiembre por la Fiscalía de San Pablo contra el “obispo” Edir Macedo -fundador de la IURD- y otros tres dirigentes por fraude, lavado de dinero y evasión hay un vínculo local en Uruguay. La denuncia señala que la secta sólo declara al fisco el 10% de lo que recauda. El resto es convertido a dólares y enviado a paraísos fiscales y cuentas en Uruguay, Estados Unidos, Reino Unido y el Caribe.
El Ministerio Público indicó que el dinero es obtenido con “estafas” a los fieles mediante “falsas promesas y amenazas de que el socorro espiritual y económico solo alcanza a aquellos que se sacrifiquen económicamente por la iglesia”. Uruguay por ahora no investiga a Pare de Sufrir, pero una fuente de Inteligencia dijo que están en “alerta” por si Brasil pide colaboración.
Fuente: El País (Uruguay)
Así encabezaba el pasado 5 de noviembre su artículo, titulado “Trabajo divino", el redactor Sebastián Cabrera, en el diario uruguayo El País.
Una novedad urbanística en Montevideo
Un día tembló toda la manzana. Y tembló al día siguiente. Al otro y al otro. El viejo edificio de la automotora Passeggi caía de a poco y Mabel fue testigo privilegiada de ese proceso de demolición que duró varios meses, desde su terraza en el séptimo piso del edificio pegado a la obra. Y desde hace un año ve, desde esa misma terraza, cómo empieza a levantarse la imponente catedral de la IURD, más conocida como “Pare de Sufrir", en la avenida 18 de Julio, entre Martín C. Martínez y Pablo de María.
“Al principio decían que venía Tienda Inglesa”, dice Mabel, presidenta de la comisión y a la vez la vecina más veterana del edificio, y es cierto que se consideró ubicar ahí una gran superficie. “¡Mi sueño siempre fue tener una Tienda Inglesa al lado!”. Sale a la terraza y mira a los obreros moverse de un lado para el otro como hormigas y a las grúas levantar y bajar materiales.
Pero esa obra no es de Tienda Inglesa. Será el primer templo construido por Pare de Sufrir en Uruguay, que hasta ahora compraba o alquilaba locales ya existentes, en general viejos cines. No hay dudas que es un punto de inflexión en su presencia en el país, que se inició a mediados de la década de 1990 pero se masificó a partir de 2000. Hoy tiene al menos nueve iglesias en Montevideo y 16 en el interior.
El nuevo templo -con frente vidriado, el doble de capacidad que la actual sala en el ex-cine Trocadero, un subsuelo para 90 autos, además de estudio de televisión y radio- será inaugurado a mediados de 2012 y costará más de 10 millones de dólares, según pudo confirmar Qué Pasa.
El arquitecto Fernando Santana, supervisor en representación del estudio Christoff-De Sierra, dice que la construcción que realiza la empresa Stiler costará unos ocho millones de dólares. Pero a eso hay que sumarle todo el mobiliario, desde las 2.500 butacas hasta los estudios de televisión y de radio. Y está el valor del terreno, de más de 4.000 metros cuadrados, que hoy supera los tres millones de dólares. A la iglesia le costó al menos dos millones cuando lo compró hace un lustro, según estimaron varias inmobiliarias. “Es un terreno casi único en 18 de Julio, con 50 metros de frente”, dice Santana.
La demolición del viejo local de la automotora, a cargo de Oddone y Zunino, costó unos 100.000 dólares. Un operador de la construcción estimó que el costo total de la obra de Pare de Sufrir “será entre 15 y 18 millones” de dólares.
En qué consiste la secta
Una inversión extraordinaria para esta secta neopentecostal de origen brasileño célebre por su fuerte estrategia de marketing y por darle gran relevancia a las curas, milagros y exorcismos. Y también porque el acto de dar diezmo ocupa un lugar prioritario en las ceremonias. Tan prioritario que, según se ha denunciado, los fieles son casi “extorsionados” psicológicamente para aportar dinero. Es una iglesia que en Brasil es investigada hace años y hace un mes recibió cargos por lavado de dinero (al menos unos 235 millones de dólares), fraude y asociación para delinquir. Tiene denuncias similares en varios países latinoamericanos.
Posee 50 radios y 70 emisoras de televisión (entre ellas Rede Record, la segunda más grande del país), cines y un banco. Cuenta con un brazo político: el Partido Republicano Brasileño, socio de la coalición que apoya a la presidenta Dilma Rousseff. Una secta con ocho millones de fieles en unos 140 países, desde Alemania a Mozambique. Es la multinacional brasileña con más sucursales en el mundo.
Y en Uruguay está eximida de pagar impuestos. Al igual que todas las instituciones religiosas, esta iglesia no paga tributos debido a que el artículo quinto de la Constitución declara “exentos de toda clase de impuestos a los templos” de “las diversas religiones”. El director general de Rentas, Pablo Ferreri, dice que no corresponde a la Dirección General Impositiva decidir qué es “justo o correcto” y que el tema en todo caso debe tratarlo el Parlamento. “No parece lógico decir ‘a esta sí y a esta no’. ¿Dónde pongo el límite? ¿Una sinagoga sí? ¿La Iglesia católica? ¿Y cualquier otra religión o secta?”, se pregunta.
La gran catedral montevideana, de todos modos, será algo pequeño al lado de la catedral que se construye por estos días en San Pablo y que estará pronta en 2014. Según anunció el obispo Edir Macedo -fundador de la IURD-, tendrá una altura similar a la de un edificio de 18 pisos y casi dos veces la altura de la estatua del Cristo Redentor. Y con sus 126 metros de largo por 104 de ancho, será más grande que una cancha de fútbol. Es una réplica del Templo de Salomón en Jerusalén, donde entrarán unas 13.000 personas y la obra costará 200 millones de dólares, según informó la BBC. Para este informe Qué Pasa intentó infructuosamente contar con la versión de la IURD, que finalmente no respondió un cuestionario enviado vía mail.
Templo millonario
La obra, que se inició en octubre de 2010, ocupa casi media manzana y el predio da a 18 de Julio y a la calle Colonia. Al frente tendrá un hall principal (en el cual ya se ven unas enormes columnas) con dos niveles, donde también funcionarán las aulas de una escuela bíblica.
El estilo contemporáneo y “renovador” del templo, con su enorme frente vidriado, se debe a la idea de “ir aggiornando la imagen” de la secta. Santana dice que eso tal vez “responda a impulsos personales de algunas autoridades” y cuenta que la imagen de esta nueva catedral recibió “algunas reticencias en varios pastores de la propia iglesia, que prefieren obras más neoclásicas, con muchas columnas”.
La sala central tendrá 40 metros de ancho por 50 de profundidad y ocho metros de alto, con techo de chapa a dos aguas y 2.500 butacas. En el actual local, en el ex-cine Trocadero, entra la mitad de gente: 1.241 personas. Abajo de la sala habrá un subsuelo con capacidad para más de 90 autos. “Hay fieles que tienen muy buen nivel socio económico; no son todos pobres”, dice una fuente cercana a la institución.
Al fondo de la sala, habrá un edificio de cuatro pisos con baños y vestuarios, una sala pastoral para 250 personas y oficinas. Y más al fondo, sobre la calle Colonia, se usará una parte vieja del edificio de Passeggi que no fue demolida debido a que “no daba la plata”. Esa estructura será reciclada para construir estudios de radio y televisión y apartamentos para los obispos. En la azotea habrá una subestación de UTE.
La actual sede de la iglesia en el ex-cine Trocadero en 18 de Julio y Yaguarón, en tanto, ya fue vendida y todo indica que allí funcionará una “gran tienda”, dice una fuente cercana a la secta. A fines del año pasado el portal Infonegocios mencionó la posibilidad de que se instalara Zara, pero la empresa lo negó ante la consulta de Qué Pasa.
Disputa por la construcción
Al llamado para construir la obra se presentaron Stiler (que resultó ganadora), Sacem, Campiglia y la brasileña Acta, propuesta por la secta. “Las empresas constructoras top five se sacaron las ojos”, dice un empresario del rubro. Y agrega: “No hay mejor cosa que trabajar con la gente de esta iglesia, paga súper en fecha”.
Santana lo confirma: “En nuestro ramo una de las tareas más difíciles es poder cobrar… En ese sentido, ellos son un buen cliente”. El proyecto original fue realizado por un estudio argentino y luego adaptado por el estudio uruguayo Christoff-De Sierra, que ya había trabajado en otros proyectos para ese mismo predio, incluyendo edificios y un supermercado. Santana especula que la iglesia generará un enorme movimiento “en una zona que estaba muy deprimida”.
Mabel, presidente de la comisión del edificio pegado a la iglesia, admite que en el futuro mejorará el ambiente en la zona, pero hoy está más preocupada por las fisuras provocadas en el pozo de aire. Así, los vecinos contrataron un abogado y arquitectos para hacer un reclamo económico por esa rotura y para que la constructora pague por el uso de la medianera. Mabel espera que Stiler cumpla y arregle lo que rompió, pero eso será recién al final de la obra. “Lo arreglan o vamos a juicio”, dice.
En el predio trabajan unas 120 personas. La Intendencia Municipal de Montevideo le aprobó todos los permisos de construcción, después de que la secta levantara varias observaciones. Pero el director de Espacios Públicos, Daniel Espósito, dice que le llama la atención “de dónde sacan tanta plata”. Y pide que se reflexione “cómo progresan tanto estas iglesias”.
Se sabe que el diezmo y las ofrendas ocupan un lugar relevante en los cultos de Pare de Sufrir (a veces casi la mitad del tiempo de la ceremonia), pero cuesta creer que sea suficiente para financiar los más de 10 millones de dólares.
Una mañana de sanación
Estoy con los ojos cerrados y la mano en el corazón, parado a tres o cuatro metros del estrado de la secta Pare de Sufrir, en el salón del ex-cine Trocadero. “¡Quema! ¡Quema! ¡Quema!”, me grita enfurecido un pastor jovencito mientras me presiona la cabeza con sus dos manos. Esta es mi primera (y quizás última) ceremonia de la IURD.
Pasan unos minutos de las 10 de la mañana y el enorme salón, en penumbras, está casi vacío. Somos cuatro. A mi lado, una señora mayor bajita y algo encorvada, un anciano con una larga barba blanca y sobretodo oscuro, además de una mujer algo más joven y obesa. Al menos por su vestimenta, las tres personas parecen de origen humilde. Desde el hall se escuchan gritos: un pastor le está sacando “el diablo” a una mujer y a su hijo.
Yo había llegado puntualmente para la ceremonia de las 10. Me senté en tercera fila y enseguida un pastor me pasó agua por la frente y me invitó a pararme. Y acá estoy, con los ojos cerrados y un hombre gritándome al oído. “¡Salga el diablo! ¡Quema, quema! Salga toda enfermedad, todo sufrimiento”, grita él, con el inconfundible acento brasileño. Al rato se tranquiliza. “Ahora puede hablar bajito con el Señor, está curado”, me susurra, aunque yo nunca le comenté que estuviera enfermo. “¿Se siente mejor?”, pregunta él. Es martes, día de reunión de sanidad, día de curar enfermedades. A la señora bajita y encorvada le acaban de curar la diabetes, por ejemplo.
Después de cumplir el mismo rito uno por uno, el pastor me mira y me pregunta si es la primera vez que vengo. Pero justo me llega un mensaje de texto al celular. “Atienda el teléfono si quiere”, me dice él. La señora a la que le curaron la diabetes le pide un sobre para “poner el diezmo”, pero el pastor nos invita a ponernos en ronda, tomarnos de la mano y cerrar los ojos. Ellos (los tres fieles y dos pastores) empiezan a cantar una canción. Todos la saben de memoria. Intento seguirlos al menos con la tonada.
Después los pastores desaparecen y los cuatro nos sentamos en primera fila. La señora bajita me aconseja: “Seguí viniendo, sabés, no vayas a cortar. No cortes”. Y dice que ella participa desde hace trece años pero una vez “cortó” y le fue horrible. “Vos no pares, no cortes”, insiste. Le pregunto por qué hay tan poca gente hoy. “No sé, será la hora", dice. Hay cuatro sesiones diarias y parece que la de la noche, a las 20, es la más concurrida. Además de esta sede, hay iglesias en Cerrito de la Victoria, Cerro, Colón, Paso Carrasco, Paso Molino, Piedras Blancas, Punta de Rieles y Unión. Y 16 locales en el interior. Tienen transmisión de radio y televisión las 24 horas por la web, y también un programa en Canal 4.
Cada día hay una temática distinta en el templo. El viernes es la sesión de descarga espiritual, donde se hacen liberaciones y exorcismos. Los sábados de tarde es la reunión de los casos imposibles, donde solucionan desde “vicios a enfermedades o empresas en quiebra”.
Los dos pastores vuelven a aparecer acá en el ex-cine Trocadero y uno de ellos me pide que regrese el viernes, justo el día de “deshacer las obras del diablo”. Me da un cuadernito donde debo poner mi nombre este viernes, que será el día “para deshacer las obras que son hechas en el cementerio”. La “acción del mal”, explican ahí, se presenta “en el cementerio, en la encrucijada, en la carretera, en los portones, en las pedreras, en el bosque y en la cascada”. No me queda claro pero igual guardo el cuadernito.
El pastor me saluda. “Lo veo el viernes, ¿okey?”. No me pide plata, pero a mí se me acaba de caer -sin querer- una moneda. No la levanto, ellos tampoco, y salgo de la sala. La moneda, creo que de dos pesos, quedó ahí en la butaca. Fue mi primer aporte económico a la IURD.
La opinión de un psicólogo
El psicólogo Alvaro Farías, miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES), dice que Pare de Sufrir usa técnicas de lavado de cerebro que buscan aniquilar el “sentido crítico de la persona”, algo típico de estas sectas de origen pentecostal.
Y cuenta una técnica que usan cuando se hacen sanaciones o exorcismos. “Todo empieza con cantos en un nivel de volumen uno, eso aumenta, aumenta, hasta que entra el pastor y se llega al volumen máximo”, relata Farías. “De golpe hay un corte abrupto y se baja otra vez a un volumen mínimo, lo que genera descargas de neurotransmisores del cerebro, que da analgesia temporal, un alivio del dolor, que es lo que se atribuye a los milagros”. Así, según el psicólogo, a una persona con artrosis de cadera le dicen que “se sanó”.
Y cuando alguien se desmaya o tiene una crisis de convulsión por ese ambiente intenso, hay una “atribución diabólica” y “sólo Pare de Sufrir puede curarla”.
- ¿Recibe consultas de familiares de personas que van a Pare de Sufrir?
- Sí, y relatan casi lo mismo que las familias con hijos adictos a la pasta base. Quedan solos y venden el televisor o lo que sea para diezmar para la secta. Hay que diezmar para que Dios te salve y ser próspero. Es una forma de comprar en cuota los milagros.
- ¿Y qué le piden los familiares?
- Quieren tratar de ayudar a la persona para que pueda salir. Pero el ingreso a una secta no es el resultado de un acto, sino la consecuencia de un proceso donde la salud mental de la persona ya estaba comprometida.
- ¿Conoce a alguien que haya salido del grupo y se haya recuperado?
- No. En general salen destruidos a nivel [p]siquiátrico y en bancarrota. Quedan con la familia fracturada y además sin trabajo.
Teología de la prosperidad
Pare de Sufrir es una pirámide en cuyo vértice hay quince obispos. Abajo, miles de pastores que reciben un porcentaje de lo recaudado. Luego le siguen “obreros", que desempeñan tareas de menor rango como atender el teléfono o pasar la bolsa del diezmo.
Miguel Pastorino -director del Departamento de Comunicación Social de la Arquidiócesis de Montevideo y miembro fundador de la RIES- dice que la IURD tiene “mucho poder económico” a nivel mundial y estima que la construcción del templo “no sale del dinero de las ofrendas de la gente de Uruguay”, sino que viene del exterior. “Ellos han montado templos gigantescos en países muy pobres”, dice Pastorino. “Tener esos edificios monstruosos es una forma de impactar, más allá de la feligresía que se convoque”.
Pastorino explica que Pare de Sufrir forma parte de la corriente de la “teología de la prosperidad”, centrada en lo económico, que sostiene que “cuanto más dinero doy, Dios más me va a bendecir”. Así, la IURD hace la plata de forma simple: “Los fieles son incentivados (cuando no extorsionados psicológicamente) a donar su diezmo o sumas más altas de dinero y propiedades”.
El sociólogo Néstor Da Costa, especializado en religiones, sostiene que el diezmo es considerado sagrado por Pare de Sufrir. Y cita una frase del líder, Edir Macedo: “El dinero es para la iglesia lo mismo que la sangre es para el cuerpo físico”.
Mientras escucha los ruidos de la obra vecina, Mabel todavía recuerda aquel domingo en que Pare de Sufrir realizó una ceremonia después de la demolición del viejo edificio, y puso la piedra fundamental de la obra. “Vinieron fieles y barrieron todo un día entero. Luego pusieron como 3.000 sillas”, cuenta hoy. “Cantaban y cantaban”. Y, al final, pasaron bolsas color bordó para recoger el diezmo de los fieles. Un detalle que nunca falta.
Cómo ser un diezmista fiel es un libro de este movimiento neopentecostal donde se explica que el “diezmo es el 10% de las rentas salariales, beneficios empresariales, trabajos esporádicos o ayudas económicas”. Y debe darse en forma “exclusiva” a la secta y no a “personas carentes o necesitadas”.
Todo empezó en 1977 cuando Edir Macedo (hoy de 66 años) abrió una pequeña iglesia en Río de Janeiro, mientras trabajaba como cajero de la lotería. Al principio no le iba bien, hasta que una feligresa le donó dinero y compró 10 minutos en una radio. Ahí empezó el éxito. Hoy solo en Brasil tiene 9.000 templos.
Las acusaciones económicas
En la denuncia presentada en setiembre por la Fiscalía de San Pablo contra el “obispo” Edir Macedo -fundador de la IURD- y otros tres dirigentes por fraude, lavado de dinero y evasión hay un vínculo local en Uruguay. La denuncia señala que la secta sólo declara al fisco el 10% de lo que recauda. El resto es convertido a dólares y enviado a paraísos fiscales y cuentas en Uruguay, Estados Unidos, Reino Unido y el Caribe.
El Ministerio Público indicó que el dinero es obtenido con “estafas” a los fieles mediante “falsas promesas y amenazas de que el socorro espiritual y económico solo alcanza a aquellos que se sacrifiquen económicamente por la iglesia”. Uruguay por ahora no investiga a Pare de Sufrir, pero una fuente de Inteligencia dijo que están en “alerta” por si Brasil pide colaboración.
Fuente: El País (Uruguay)
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