Seguimos ofreciéndoles el siguiente capítulo de la serie "Fragmentos de apocalipsis", del sacerdote D. Luis Santamaría, en su entrega número 14:
Revolviendo en mis papeles he encontrado unos que cumplen ahora un decenio, y que amplían el tríptico inicial de artículos dedicados al Harmagedón. Porque este tema no se agota en las sectas de impronta cristiana, ni mucho menos. Y el hallazgo me ha provocado una sonrisa cuando he visto en la portada de un folleto fotocopiado y encuadernado el siguiente título: “2002: Armagedhon. Mensaje a la humanidad”. Una sonrisa doble: por la datación, ya que han pasado diez años y no logro encontrar en mi memoria tan magno acontecimiento en aquel entonces; y por esa “h” que defiendo para el término Harmagedón, pero mal situada (de hecho, en el documento se lee también esta grafía: Armaghedon).
Fuera de la evidente ausencia de un “libro de estilo” apocalíptico –si se me permite la broma–, el contenido del folleto es tremendista y atemorizador. El discurso catastrófico de siempre. El argumento, en resumen, es el siguiente: mensajes urgentes “del cielo a la tierra” o “mensajes del cosmos” enviados entre 1979 y 2001 por entidades extraterrestres sobre la inminencia del fin, documentos sobre el armamento nuclear y el panorama bélico mundial y… ¡sorpresa! ¡El tercer secreto de Fátima!
Para ilustrar esta brevísima síntesis, algunas frases de muestra. El contexto lo dice la carta de presentación: “considerada la gravísima situación mundial desarrollada a continuación de los eventos del 11 de septiembre 2001” los autores han asumido “la responsabilidad de divulgar los siguientes mensajes”. Desde la astronave Othen-Nis, por ejemplo, los seres del espacio nos revelan: “nuestra presencia sobre vuestro planeta se ha concentrado siempre más tras la explosión de las bombas de Hiroshima y Nagasaki… La amenaza de un conflicto atómico en estos días de vuestro tiempo, 2001 años después de la venida de Jesús Cristo, el Hijo de Dios sobre la tierra, puede volverse concreta en las próximas semanas, en los próximos días o incluso en las próximas horas… Nosotros somos seres que creemos en la inteligencia cósmica que vosotros llamáis Dios… Estáis al borde de una catástrofe, de un holocausto nuclear… Hoy tras milenios, la situación ha alcanzado el punto hipercaótico… La previsión de los terribles actuales eventos está contenida sobre todo en aquella profecía de que tanto se ha hablado cuanto ridiculizado: el tercer secreto de Fátima… La parte que falta como ya ha sido divulgado de uno de nuestros operadores, se refiere no sólo a la situación mundial que estáis viviendo, sino también a nuestra presencia y a nuestra misión… Nosotros estamos preparados y ahora estáis advertidos de nuestra probable intervención en caso de conflicto atómico”.
Respire después de esta antología. Sólo he seleccionado las frases más significativas de un “mensaje urgente” de cuatro páginas enviado desde esa nave extraña en noviembre de 2001 al entonces presidente Bush y otros políticos, además de a Juan Pablo II. El resto del folleto es fácil de adivinar: anuncios de catástrofes inminentes y teoría conspiranoica en torno al tercer secreto de Fátima, cuya revelación por parte de la Santa Sede sería falsa o al menos incompleta. Y ante esto podemos preguntarnos: ¿de dónde viene todo este batiburrillo? ¿Qué tiene que ver la Virgen María y su aparición en Fátima con el tema ufológico? ¿Realmente la Madre de Cristo ha contado algo sobre los extraterrestres y el Vaticano –como nos repiten las novelas de misterio con cada tema que se les ocurre– nos lo ha ocultado?
Por eso tenemos que analizar quién está detrás de esta documentación. Y en la misma portada leemos: “Nonsiamosoli”. Que no es otra cosa que las palabras unidas que en italiano significan “no estamos solos”. Se trata de una secta ufológica (o platillista, como dicen algunos), fundada por Giorgio Bongiovanni, que es quien presenta el folleto y es transmisor de los mensajes extraterrestres más actuales. Bongiovanni es un conocido personaje de ese mundillo en el que se entrecruzan lo espiritual y lo paranormal. Italiano nacido en 1963, saltó a la fama cuando, en 1989, dijo tener una revelación extraordinaria de la Virgen María. ¡Y tan extraordinaria! Como que mezclaba ya entonces lo mariano con lo espacial… No hay que olvidar que, además, este señor dice haber sido, en sus anteriores reencarnaciones, el profeta Elías, Juan el Bautista, y Francisco Martos, uno de los niños videntes de Fátima. Y por si todo esto fuera poco, dice tener estigmas.
Junto con su hermano Filippo, inició el grupo y la revista también llamada Nonsiamosoli, y empezó a anunciar el fin catastrófico de nuestra realidad con la intervención directa de los extraterrestres. Puso la fecha en 1991 y después en otras ocasiones, como la que estamos analizando ahora. ¿Se imaginan cuál es la siguiente? Sin duda: el año 2012. Concretamente el 31 de diciembre, dándonos una generosa prórroga con respecto a la archiconocida profecía maya.
Como ya hemos podido ver, su doctrina es totalmente sincrética, asumiendo elementos de la fe cristiana, del esoterismo, del panorama ufológico… elaborando así un cóctel estrafalario en el que destacan el miedo al fin inminente y la centralidad de sus presuntos estigmas como signos de la certeza de sus profecías. Como dice el experto Miguel Pastorino, buen conocedor de este personaje, en un artículo muy interesante, “a su Teología, de ‘cristiana’ le queda tan sólo el nombre”. Así es.
Por otra parte, para entender a Bongiovanni hay que hacer una referencia a su maestro espiritual, Eugenio Siragusa, a cuya pluma como transmisor se deben varios mensajes del espacio contenidos en el folleto que tengo ante mí. Siragusa (1919-2006), también italiano, comenzó a contactar con los seres del espacio en 1952 y fundó el Centro de Estudios de la Fraternidad Cósmica. Conferenciante y divulgador de estos temas, como lo ha sido después su discípulo, estableció 1967 como el año de la segura destrucción de la Tierra por el impacto de un asteroide. Ésta es la paternidad que está detrás de Bongiovanni, y de tal palo, tal astilla.
Unos ingredientes más en la ensalada espiritual que es la Nueva Era. Donde entra de todo, y también una historia tan complicada como ésta, en la que se mezclan estigmas, apariciones marianas, transmisión de mensajes extraterrestres… Ahora, por lo que he podido ver, se presenta como un pequeño benefactor de la humanidad en América Latina, donde, a su anterior compromiso contra la mafia italiana, ha seguido un trabajo por la promoción de los más pobres. Su discurso pretende ser cristiano, y así leemos cómo su biógrafa escribe que “Giorgio Bongiovanni no cesará de recordar a los hombres y a las mujeres que encuentra por su camino que el camino hacia la vida verdadera pasa a través del Amor hacia el prójimo, la Justicia entre los hombres y la Fe en las enseñanzas del Maestro de todos los Maestros: Jesús Cristo”.
Pero un Jesús, no lo olvidemos, que vuelve a la tierra con la destrucción en la mano, y acompañado o precedido por los extraterrestres y otros seres extraños. Un apocalipticismo con apariencia cristiana, y que ya comenzó este año 2012 con las más terribles profecías: “ninguna otra época de la historia del hombre conoció los actuales peligros que afronta la humanidad”. Respiremos tranquilos, porque lo mismo decía para 2002. Y mucho antes. Revelaciones que pretende añadir Bongiovanni a la revelación definitiva que ha tenido lugar en Jesús. Revelaciones a medida de esta época y a medida del temor y la credulidad de muchos.
Fuente: En Acción Digital
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