Reproducimos a continuación un interesante artículo de Luis Aparicio Sanz sobre el eneagrama, publicado en el blog Reflepsiones de la versión digital del Diario Médico.
Según escribe el autor, en ocasiones, algunos psicólogos hablan del eneagrama como test de personalidad, incluso llegan a presentarlo como un método científico, aunque haya quienes puntualicen aclarando que “nunca será un diagnóstico de personalidad”.
Sin embargo, según podemos leer en El Escéptico Digital, en un artículo titulado “Pseudociencia en Recursos Humanos”, “el eneagrama, según sus defensores, se presenta como un método de crecimiento espiritual para conocerse uno mismo según nueve arquetipos de personalidad -como la grafología- que permite adquirir la mejor y más equilibrada integridad personal. Es un método de conocimiento personal basado en la interacción de nueve fuerzas cósmicas universales”…
No es extraño que D. Ricardo Fernández Díez de la Lastra, Subdirector de Formación de DaimlerChrysler España, S.A., autor del artículo, pregunte con sorna “¿no os suena esto a horóscopo?”, indicando claramente que “el eneagrama carece de fundamento en la ciencia psicológica -y en cualquier otra disciplina científica-, aunque se presenta por sus defensores como un método psicológico. Pero su verdadera identidad está en el esoterismo, y en una sabiduría secreta solo accesible a los iniciados”.
Además, según dicho autor, “fue Óscar Ichazo, psicólogo boliviano y muy aficionado al ocultismo el que introdujo en el eneagrama la correlación de sus nueve puntos con nueve tipos de personalidad”, y no es raro que nada de esto esté fundamentado en un método científico, puesto que Ichazo “dice haber descubierto los tipos de personalidad del eneagrama durante uno de sus éxtasis y bajo la influencia de un ángel”. Para Fernández Díez, “el eneagrama encandila a los más crédulos por el mismo motivo que los horóscopos: es un sistema simple y universal para encajar todo y a todos y conocer los profundos motivos de las personas y acontecimientos futuros”.
Según Palmer (1996), cuyo libro ayudó al eneagrama a propagarse mundialmente, “el Eneagrama es una antigua enseñanza sufí que distingue nueve tipos distintos de personalidad y su relación. La enseñanza puede sernos útil para reconocer nuestro propio tipo y el modo de afrontar nuestros problemas; comprender a nuestros compañeros de trabajo, pareja y amigos; así como para apreciar la predisposición que cada uno de los tipos tiene para capacidades humanas superiores como la empatía, la omnisciencia y el amor”.
En la contraportada de su libro puede leerse que “el Eneagrama es un antiguo sistema psicológico enraizado en las tradiciones sagradas. Sus intuiciones sobre el comportamiento humano lo han hecho lo suficientemente popular para ser aplicado en ámbitos muy diversos que van de la Stanford School of Businnes a distintos grupos de crecimiento personal. La obra de Helen Palmer une este antiguo sistema de identificación de los tipos de personalidad con la investigación empírica y las intuiciones de la psicología moderna para crear un método práctico y muy poderoso con el que entendernos a nosotros y a los demás”.
Esta explicación de Palmer, así como lo indicado en la contraportada de su libro, no parecen ajustarse a la investigación empírica que menciona, puesto que según Bermúdez (1991) “lo que se pretende en toda actividad científica es alcanzar un conocimiento certero sobre las relaciones funcionales existentes entre los fenómenos de interés. Este objetivo se puede lograr siguiendo una serie de procedimientos, que constituyen lo que, de una u otra forma se llama ‘método’ (…) el empleo de estos procedimientos metodológicos debe reunir una serie de requisitos, englobados en el concepto de validez (…) no vale cualquier método para cualquier problema”.
Bermúdez (1991), aclara algunas cuestiones esenciales para el estudio de la personalidad: ¿En qué sentido la personalidad hace referencia al carácter singular del individuo? “La personalidad es fruto de las relaciones entre diversas características que pueden ser comunes a todos los individuos; pero no sólo eso, lo peculiarmente definitorio de la personalidad es que la particular combinación de tales características en cada persona da lugar a una nueva unidad, cualitativamente diferente de los componentes que en ella se amalgaman” (Allport, 1963, citado por Bermúdez, 1991).
¿Qué métodos se pueden emplear en el estudio de algo que es único? ¿Se puede hacer ciencia de lo único? Existe cierta controversia “entre dos formas, aparentemente excluyentes, de entender la investigación”:
• Alternativa idiográfica: “defiende que la persona es algo único y, por tanto, han de emplearse estrategias metodológicas específicas destinadas a captar toda la riqueza de su individualidad”.
• Enfoque nomotético: “sostiene que el carácter único de los individuos es cosa que toca a los artistas y a los historiadores; la ciencia se ocupa de la elaboración de leyes aplicables a todas las personas; luego, en este sentido, la personalidad, por su propia naturaleza, quedaría fuera del ámbito de la ciencia”.
Bermúdez (1991) propone una sugerencia integradora: “El estudio de la personalidad si quiere permanecer en el contexto de la ciencia, debe atenerse a los planteamientos propios de la ciencia; aunque esto no quiere decir que haya que despreciar la consideración de aquellos aspectos que sólo el estudio detenido del caso particular (idiografía) puede proporcionar. En el proceso total de investigación existen diversas fases y en alguna de ellas, concretamente en la elaboración de las hipótesis, puede ser relevante la aportación de los estudios guiados por un enfoque idiográfico, al enriquecer notablemente la descripción del fenómeno en estudio.”
Después de las consideraciones de Bermúdez y a pesar de que el Dr. Charles T. Tart [uno de los pseudo-científicos más famosos de los EE.UU. (Nota de la RIES)], de la Universidad de California, haya apoyado el libro de Helen Palmer al escribir su prefacio, en mi opinión, el eneagrama no se encuentra ubicado en el “contexto de la ciencia”, sus planteamientos pseudocientíficos, están más cercanos al esoterismo o, como indicaba Fernández Díez, al horóscopo que a la ciencia, sin evidencia empírica que avale sus afirmaciones, ni su clasificación de la correlación de sus nueve puntos con nueve tipos de personalidad que, al parecer, descubrió Óscar Ichazo “durante uno de sus éxtasis y bajo la influencia de un ángel”, algo que, evidentemente, dista mucho de acercarse al método científico.
No obstante, es cierto que existe algún estudio, como el de Wagner & Walker (1983), que encuentra indicios de que “la tipología del Eneagrama parece tener valor diagnóstico, pronóstico y heurístico para el estudio de la estructura de la personalidad y la dinámica”, aunque no he localizado investigaciones posteriores que confirmen esas conclusiones. [Wagner y Walker son seguidores del eneagrama, que han ido difundiendo estas falsas teorías científicas, que definen como WEPSS, a partir de numerosos tipos de personalidad, lo que pone en serias dudas su estudio aquí anotado del 1983, al tiempo que no ha podido ser corroborado por ningún otro investigador independiente, por lo que no podemos tomarlo como un artículo de investigación serio. (Nota de la RIES)]
Referencias bibliográficas:
Bermúdez, J. (1991). Psicología de la Personalidad (Tomo I). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Palmer, H. (1996). El eneagrama. Barcelona: Los Libros de la Liebre de Marzo.
Wagner, J.P. & Walker, R.E. (1983). Reliability and validity study of a Sufi personality typology: The enneagram. Journal of Clinical Psychology, 39 (5), 712-717. (Abstract)
Fuente: Diario Médico
Según escribe el autor, en ocasiones, algunos psicólogos hablan del eneagrama como test de personalidad, incluso llegan a presentarlo como un método científico, aunque haya quienes puntualicen aclarando que “nunca será un diagnóstico de personalidad”.
Sin embargo, según podemos leer en El Escéptico Digital, en un artículo titulado “Pseudociencia en Recursos Humanos”, “el eneagrama, según sus defensores, se presenta como un método de crecimiento espiritual para conocerse uno mismo según nueve arquetipos de personalidad -como la grafología- que permite adquirir la mejor y más equilibrada integridad personal. Es un método de conocimiento personal basado en la interacción de nueve fuerzas cósmicas universales”…
No es extraño que D. Ricardo Fernández Díez de la Lastra, Subdirector de Formación de DaimlerChrysler España, S.A., autor del artículo, pregunte con sorna “¿no os suena esto a horóscopo?”, indicando claramente que “el eneagrama carece de fundamento en la ciencia psicológica -y en cualquier otra disciplina científica-, aunque se presenta por sus defensores como un método psicológico. Pero su verdadera identidad está en el esoterismo, y en una sabiduría secreta solo accesible a los iniciados”.
Además, según dicho autor, “fue Óscar Ichazo, psicólogo boliviano y muy aficionado al ocultismo el que introdujo en el eneagrama la correlación de sus nueve puntos con nueve tipos de personalidad”, y no es raro que nada de esto esté fundamentado en un método científico, puesto que Ichazo “dice haber descubierto los tipos de personalidad del eneagrama durante uno de sus éxtasis y bajo la influencia de un ángel”. Para Fernández Díez, “el eneagrama encandila a los más crédulos por el mismo motivo que los horóscopos: es un sistema simple y universal para encajar todo y a todos y conocer los profundos motivos de las personas y acontecimientos futuros”.
Según Palmer (1996), cuyo libro ayudó al eneagrama a propagarse mundialmente, “el Eneagrama es una antigua enseñanza sufí que distingue nueve tipos distintos de personalidad y su relación. La enseñanza puede sernos útil para reconocer nuestro propio tipo y el modo de afrontar nuestros problemas; comprender a nuestros compañeros de trabajo, pareja y amigos; así como para apreciar la predisposición que cada uno de los tipos tiene para capacidades humanas superiores como la empatía, la omnisciencia y el amor”.
En la contraportada de su libro puede leerse que “el Eneagrama es un antiguo sistema psicológico enraizado en las tradiciones sagradas. Sus intuiciones sobre el comportamiento humano lo han hecho lo suficientemente popular para ser aplicado en ámbitos muy diversos que van de la Stanford School of Businnes a distintos grupos de crecimiento personal. La obra de Helen Palmer une este antiguo sistema de identificación de los tipos de personalidad con la investigación empírica y las intuiciones de la psicología moderna para crear un método práctico y muy poderoso con el que entendernos a nosotros y a los demás”.
Esta explicación de Palmer, así como lo indicado en la contraportada de su libro, no parecen ajustarse a la investigación empírica que menciona, puesto que según Bermúdez (1991) “lo que se pretende en toda actividad científica es alcanzar un conocimiento certero sobre las relaciones funcionales existentes entre los fenómenos de interés. Este objetivo se puede lograr siguiendo una serie de procedimientos, que constituyen lo que, de una u otra forma se llama ‘método’ (…) el empleo de estos procedimientos metodológicos debe reunir una serie de requisitos, englobados en el concepto de validez (…) no vale cualquier método para cualquier problema”.
Bermúdez (1991), aclara algunas cuestiones esenciales para el estudio de la personalidad: ¿En qué sentido la personalidad hace referencia al carácter singular del individuo? “La personalidad es fruto de las relaciones entre diversas características que pueden ser comunes a todos los individuos; pero no sólo eso, lo peculiarmente definitorio de la personalidad es que la particular combinación de tales características en cada persona da lugar a una nueva unidad, cualitativamente diferente de los componentes que en ella se amalgaman” (Allport, 1963, citado por Bermúdez, 1991).
¿Qué métodos se pueden emplear en el estudio de algo que es único? ¿Se puede hacer ciencia de lo único? Existe cierta controversia “entre dos formas, aparentemente excluyentes, de entender la investigación”:
• Alternativa idiográfica: “defiende que la persona es algo único y, por tanto, han de emplearse estrategias metodológicas específicas destinadas a captar toda la riqueza de su individualidad”.
• Enfoque nomotético: “sostiene que el carácter único de los individuos es cosa que toca a los artistas y a los historiadores; la ciencia se ocupa de la elaboración de leyes aplicables a todas las personas; luego, en este sentido, la personalidad, por su propia naturaleza, quedaría fuera del ámbito de la ciencia”.
Bermúdez (1991) propone una sugerencia integradora: “El estudio de la personalidad si quiere permanecer en el contexto de la ciencia, debe atenerse a los planteamientos propios de la ciencia; aunque esto no quiere decir que haya que despreciar la consideración de aquellos aspectos que sólo el estudio detenido del caso particular (idiografía) puede proporcionar. En el proceso total de investigación existen diversas fases y en alguna de ellas, concretamente en la elaboración de las hipótesis, puede ser relevante la aportación de los estudios guiados por un enfoque idiográfico, al enriquecer notablemente la descripción del fenómeno en estudio.”
Después de las consideraciones de Bermúdez y a pesar de que el Dr. Charles T. Tart [uno de los pseudo-científicos más famosos de los EE.UU. (Nota de la RIES)], de la Universidad de California, haya apoyado el libro de Helen Palmer al escribir su prefacio, en mi opinión, el eneagrama no se encuentra ubicado en el “contexto de la ciencia”, sus planteamientos pseudocientíficos, están más cercanos al esoterismo o, como indicaba Fernández Díez, al horóscopo que a la ciencia, sin evidencia empírica que avale sus afirmaciones, ni su clasificación de la correlación de sus nueve puntos con nueve tipos de personalidad que, al parecer, descubrió Óscar Ichazo “durante uno de sus éxtasis y bajo la influencia de un ángel”, algo que, evidentemente, dista mucho de acercarse al método científico.
No obstante, es cierto que existe algún estudio, como el de Wagner & Walker (1983), que encuentra indicios de que “la tipología del Eneagrama parece tener valor diagnóstico, pronóstico y heurístico para el estudio de la estructura de la personalidad y la dinámica”, aunque no he localizado investigaciones posteriores que confirmen esas conclusiones. [Wagner y Walker son seguidores del eneagrama, que han ido difundiendo estas falsas teorías científicas, que definen como WEPSS, a partir de numerosos tipos de personalidad, lo que pone en serias dudas su estudio aquí anotado del 1983, al tiempo que no ha podido ser corroborado por ningún otro investigador independiente, por lo que no podemos tomarlo como un artículo de investigación serio. (Nota de la RIES)]
Referencias bibliográficas:
Bermúdez, J. (1991). Psicología de la Personalidad (Tomo I). Madrid: Universidad Nacional de Educación a Distancia.
Palmer, H. (1996). El eneagrama. Barcelona: Los Libros de la Liebre de Marzo.
Wagner, J.P. & Walker, R.E. (1983). Reliability and validity study of a Sufi personality typology: The enneagram. Journal of Clinical Psychology, 39 (5), 712-717. (Abstract)
Fuente: Diario Médico
5 comentarios:
De ser el Eneagrama una Secta, recolectaría dinero de los participantes..., yo solo he pagado 80 o 100 euros por cada curso al que he asistido..., ¿tambien es una secta la escuela oficial de idiomas?
Soy de Madrid, España. Una hermana mía tiene una amiga en Eneagrama y mi hermana piensa como yo que es una secta, pero le ha dado un libro que le está gustando, se titula: EL PODER DEL AHORA, UNA GUÍA PARA LA ILUMINACIÓN ESPIRITUAL, de Eckhart Tolle.Mi hermana dice que el libro no es que sea de Eneagrama que también se lo han recomendado otras personas... no me gustaría que se alejara de la fe cristiana y acercarse a Eneagrama.
Su amiga tambien paga dinero por uno curso.
Yo fui a talleres de eneagrama, fueron gratis. Los libros, los bajé de internet, no me costaron un peso. Y soy cristiana, nunca he dejado ni he dudado de mi religión por hacer esto. Vamos, que lo que hace una secta, no es la idea en si, sino como se comportan sus seguidores. Yo no le hago culto a mis profesores ni a Claudio naranjo, son humanos como cualquier otro. Y lo que aprendí me ha ayudado a vivir respetando a los demás, a no andar por la vida peleando, porque ahora me pongo en el lugar del otro.
La cienciología es una de las mejores religiones del mundo, la cual tiene millones de adeptos. Y yo hice el eneagrama, lo cual me ayudó a superarme. Yo soy del Perú, y en mi país no hay esta religión. No dudaría en hacerme adepto.
Que artículo más descontextualizado, lleno de prejuicios, acusa algo de no ser científico, cuando su criterio se basa en la no experiencia, llevo muchos años que conozco el eneagrama hasta hoy en día no conozco a una persona que no encaje con la descripción que se fórmula,
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