Mario Luis Rodríguez Cobo -más conocido como Silo- fundador del Movimiento Humanista, murió el pasado 16 de septiembre por la noche en Mendoza, donde había nacido 72 años atrás. Padecía una enfermedad renal de la que no pudo recuperarse. Sus cenizas serán esparcidas en parques de las decenas de países por los que extendió su prédica, según explica el diario Clarín.
La secretaria general del Partido Humanista, el frente político del Movimiento, Bernardita Zalisñak, afirmó: "Se abre paso hacia la luz el ser más bondadoso que hemos conocido. Estaba muy enfermo pero tengo entendido que había rechazado hacerse diálisis". La dirigente agregó que "Silo ha dedicado su vida a inculcar la solidaridad, la no violencia y la no discriminación. Es un ser inmortal. Ha fallecido su cuerpo pero su espíritu y su alma crecen hacia la luz".
Misteriosa como esta afirmación de una de sus discípulas fue la vida de Silo, que despertó curiosidad en algunos y adhesiones fervorosas, en otros. Pero también fue perseguido por la dictadura de Onganía y su movimiento reprimido por José López Rega y la última dictadura. A los 31 años (en 1969) fundó en el paraje mendocino de Punta de Vacas, ante unos 500 seguidores, el Movimiento. Oportunidad en la que dio el discurso "La curación del sufrimiento" que los humanistas consideran el acto inicial de su movimiento.
Fuera de su prédica pacifista resultan difíciles de asir las ideas de Silo. Una muestra son las declaraciones de Zalisñak y el correo electrónico difundido por sus seguidores: "Pidamos por su bienestar allá donde estemos, en su tránsito hacia la luz. Paz en el corazón, luz en el entendimiento". El Movimiento Humanista y la prédica de Silo se extendieron a más de 100 países y entre otros libros escribió: Manual del Poder Joven, La Mirada Interna, Humanizar la Tierra, Contribuciones al Pensamiento, Mitos, Raíces Universales, Diccionario del Nuevo Humanismo y Habla Silo.
Además del Partido Humanista, integran el Movimiento las siguientes organizaciones: La Comunidad para el Desarrollo Humano, la Convergencia de las Culturas, Mundo sin Guerras y sin Violencia y el Centro Mundial de Estudios Humanistas. A partir de La Comunidad surgió en 1984, con el advenimiento de la democracia, la rama política del movimiento de Silo, que tomó el naranja como color de identidad. El no pago de la deuda externa y la abolición del servicio militar obligatorio fueron sus consignas de batalla.
Presentó fórmulas presidenciales -en ocasiones íntegramente formada por mujeres- con escaso éxito y tuvo sus mejores momentos en los 90, aliado a fuerzas de izquierda y centroizquierda, como el ascendente Frente Grande de Chacho Álvarez. Aunque dirigentes de esos espacios miraban a los humanistas con desconfianza, los integraron a sus listas. Silo siempre preservó su figura de las lides políticas, pero en varias oportunidades participó de reuniones e incluso de actos de campaña. Aliados de esa época recuerdan su amabilidad y el extraño carisma que siempre lo distinguió.
El diario "La Nación" explica que su última aparición pública había sido el 2 de enero pasado, en una marcha por la paz y la no violencia que concluyó en Mendoza. Silo había nacido el 6 de enero de 1938 en Mendoza, desde donde lanzó en 1969 el Movimiento Humanista, cuya doctrina procura la refundación de la nación humana mediante el desarrolllo personal y la transformación social. Promovió la solidaridad y los principios de la no violencia y la no discriminación.
El escritor y humanista afianzó su compromiso con la izquierda y con las posiciones anarquistas a partir del golpe militar de 1976. Su liderazgo se extendió por el mundo, principalmente entre sectores identificados con el pensamiento de izquierda y en muchos países derivó en expresiones políticas, como el Partido Humanista, creado en la Argentina en 1984, presente hoy en 30 países.
Impulsado por los dirigentes Luis Ammann, Alejo Croce y Luis Milani, el Partido Humanista surgió en la institución social y cultural La Comunidad para el Desarrollo Humano, reconocida por las Naciones Unidas. Al poco tiempo se sumaron Lía Méndez, Roberto Kohanoff, y Nélida Rey, entre otros dirigentes. En sintonía con la prédica de su inspirador, el Partido Humanista apostó al compromiso personal de sus militantes para atender los problemas sociales. Identificado con el color naranja, sólo en 1999, en vísperas de las elecciones, realizó su primer acto público, en el que hablaron Lía Méndez y Silo.
En la Argentina, el Partido Humanista creó recientemente una corriente sindical, que participa en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). En la última década, Silo delegó la conducción del Movimiento Humanista en una asamblea.
Una figura polémica
"Se abre paso hacia la luz el ser más bondadoso que hemos conocido", dijo a la prensa la secretaria general del partido, Bernardita Zalisñal, al confirmar la muerte del dirigente, que tenía 72 años y sufría una grave afección renal. Según leemos en la agencia ANSA, Silo murió en su casa de Chacras de Coria, a 17 kilómetros de Mendoza, junto a su mujer, Ana Luisa, uno de sus hijos y amigos, que esperaban el desenlace pues estaba muy enfermo de los riñones pero había rechazado someterse a diálisis.
Como señala el diario argentino "Perfil", su figura siempre generó polémica entre quienes confiaban ciegamente en su mensaje, y quienes lo consideraban un hábil manipulador. Lo cierto es que Silo murió a los 72 años y eso servirá, seguramente, para afianzar el mito entre sus seguidores.
Fuente: Varios
La secretaria general del Partido Humanista, el frente político del Movimiento, Bernardita Zalisñak, afirmó: "Se abre paso hacia la luz el ser más bondadoso que hemos conocido. Estaba muy enfermo pero tengo entendido que había rechazado hacerse diálisis". La dirigente agregó que "Silo ha dedicado su vida a inculcar la solidaridad, la no violencia y la no discriminación. Es un ser inmortal. Ha fallecido su cuerpo pero su espíritu y su alma crecen hacia la luz".
Misteriosa como esta afirmación de una de sus discípulas fue la vida de Silo, que despertó curiosidad en algunos y adhesiones fervorosas, en otros. Pero también fue perseguido por la dictadura de Onganía y su movimiento reprimido por José López Rega y la última dictadura. A los 31 años (en 1969) fundó en el paraje mendocino de Punta de Vacas, ante unos 500 seguidores, el Movimiento. Oportunidad en la que dio el discurso "La curación del sufrimiento" que los humanistas consideran el acto inicial de su movimiento.
Fuera de su prédica pacifista resultan difíciles de asir las ideas de Silo. Una muestra son las declaraciones de Zalisñak y el correo electrónico difundido por sus seguidores: "Pidamos por su bienestar allá donde estemos, en su tránsito hacia la luz. Paz en el corazón, luz en el entendimiento". El Movimiento Humanista y la prédica de Silo se extendieron a más de 100 países y entre otros libros escribió: Manual del Poder Joven, La Mirada Interna, Humanizar la Tierra, Contribuciones al Pensamiento, Mitos, Raíces Universales, Diccionario del Nuevo Humanismo y Habla Silo.
Además del Partido Humanista, integran el Movimiento las siguientes organizaciones: La Comunidad para el Desarrollo Humano, la Convergencia de las Culturas, Mundo sin Guerras y sin Violencia y el Centro Mundial de Estudios Humanistas. A partir de La Comunidad surgió en 1984, con el advenimiento de la democracia, la rama política del movimiento de Silo, que tomó el naranja como color de identidad. El no pago de la deuda externa y la abolición del servicio militar obligatorio fueron sus consignas de batalla.
Presentó fórmulas presidenciales -en ocasiones íntegramente formada por mujeres- con escaso éxito y tuvo sus mejores momentos en los 90, aliado a fuerzas de izquierda y centroizquierda, como el ascendente Frente Grande de Chacho Álvarez. Aunque dirigentes de esos espacios miraban a los humanistas con desconfianza, los integraron a sus listas. Silo siempre preservó su figura de las lides políticas, pero en varias oportunidades participó de reuniones e incluso de actos de campaña. Aliados de esa época recuerdan su amabilidad y el extraño carisma que siempre lo distinguió.
El diario "La Nación" explica que su última aparición pública había sido el 2 de enero pasado, en una marcha por la paz y la no violencia que concluyó en Mendoza. Silo había nacido el 6 de enero de 1938 en Mendoza, desde donde lanzó en 1969 el Movimiento Humanista, cuya doctrina procura la refundación de la nación humana mediante el desarrolllo personal y la transformación social. Promovió la solidaridad y los principios de la no violencia y la no discriminación.
El escritor y humanista afianzó su compromiso con la izquierda y con las posiciones anarquistas a partir del golpe militar de 1976. Su liderazgo se extendió por el mundo, principalmente entre sectores identificados con el pensamiento de izquierda y en muchos países derivó en expresiones políticas, como el Partido Humanista, creado en la Argentina en 1984, presente hoy en 30 países.
Impulsado por los dirigentes Luis Ammann, Alejo Croce y Luis Milani, el Partido Humanista surgió en la institución social y cultural La Comunidad para el Desarrollo Humano, reconocida por las Naciones Unidas. Al poco tiempo se sumaron Lía Méndez, Roberto Kohanoff, y Nélida Rey, entre otros dirigentes. En sintonía con la prédica de su inspirador, el Partido Humanista apostó al compromiso personal de sus militantes para atender los problemas sociales. Identificado con el color naranja, sólo en 1999, en vísperas de las elecciones, realizó su primer acto público, en el que hablaron Lía Méndez y Silo.
En la Argentina, el Partido Humanista creó recientemente una corriente sindical, que participa en la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). En la última década, Silo delegó la conducción del Movimiento Humanista en una asamblea.
Una figura polémica
"Se abre paso hacia la luz el ser más bondadoso que hemos conocido", dijo a la prensa la secretaria general del partido, Bernardita Zalisñal, al confirmar la muerte del dirigente, que tenía 72 años y sufría una grave afección renal. Según leemos en la agencia ANSA, Silo murió en su casa de Chacras de Coria, a 17 kilómetros de Mendoza, junto a su mujer, Ana Luisa, uno de sus hijos y amigos, que esperaban el desenlace pues estaba muy enfermo de los riñones pero había rechazado someterse a diálisis.
Como señala el diario argentino "Perfil", su figura siempre generó polémica entre quienes confiaban ciegamente en su mensaje, y quienes lo consideraban un hábil manipulador. Lo cierto es que Silo murió a los 72 años y eso servirá, seguramente, para afianzar el mito entre sus seguidores.
Fuente: Varios
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