jueves, 25 de septiembre de 2008

Niños franceses en Sahaja Yoga


Polémica en Francia por la escolarización de dos menores en un centro que la secta Sahaja Yoga tiene en la India.

La Asociación para la Defensa de las Familias y del Individuo (ADFI), de Francia, manifiesta querer señalar a la justicia el caso de dos niños de la ciudad de Lille escolarizados en la India en una escuela dirigida por un movimiento considerado sectario por el informe parlamentario de 1995, tal como revelaba recientemente el diario francés La Voix du Nord. El artículo, firmado por Nicolas Faucon, lo ofrecemos en exclusiva en español, gracias a la labor del equipo de traductores de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).

La historia puede recordar a la del pequeño Yohann, que data de 1990. Inquietos por la suerte reservada a su nieto, inscrito a los 6 años por sus padres en la escuela internacional Sahaja Yoga de Dharamsala, en la India (la ciudad del Dalai Lama), los abuelos han recurrido a la Justicia. La que decidió prohibir a los padres volver a enviar a su hijo a la India, “pues lo contrario podría poner en riesgo su equilibrio mental”. Los tres expertos “han constatado importantes deterioros psíquicos ligados a la brutal separación”.

En este caso, una familia del la ciudad de Lille envía a esa misma escuela de Sahaja Yoga a sus hijos de 8 y 6 años. Basado en la meditación, este movimiento propone cursos en Lille y Armentières. Personificado por Shri Mataji, una india de 85 años, es específicamente descrito como secta por el informe parlamentario de 1995. La escuela de Dharamsala, reconocida por las autoridades indias, educa de 200 a 250 alumnos de 6 a 16 años venidos de Europa, de los Estados Unidos y de Australia.

“Esto coloca a estos niños en una situación de riesgo en el plano de su desarrollo personal, pues los niños están en un ambiente contradictorio con las normas y valores de la sociedad”, se inquieta Christian Cabus, del Centro regional contra las manipulaciones mentales del Nord-Pas de Calais, quien deplora la concesión del movimiento a la futura degradación de Lille.

La historia comienza hace dos años. Madame solicita la naturalización francesa: los servicios de la prefectura descubren que sus dos hijos están escolarizados en Dharamsala. Ellos contactan con los servicios municipales de la ciudad de residencia de la familia. Los cuales dicen no poder intervenir: los niños no aparecen en ninguna parte de sus registros. Y devuelven el balón al Estado. La educación nacional es alertada. “Se pregunta, pero nosotros somos muy impotentes en relación a esto”, confiesa Philippe Fatras, director del gabinete del rector de Lille. Mientras, el tiempo pasa.

Demasiado, para el gusto de la ADFI de Nord-Pas de Calais. Su presidenta, Charline Delporte, quiere denunciarlo. “Hace dos años que este asunto se conoce y se arrastra. Se sabe quién es Shri Mataji y a qué ha llegado el pequeño Yohan, que no iba para nada bien allí… Nosotros queremos ver simplemente si los niños están bien de salud”. “Es un no-problema”, responde, sorprendido, el padre, profesionalmente bien instalado en la metrópoli. Él confirma que, desde hace respectivamente tres y un año, su hija y su hijo frecuentan la famosa escuela “ocho meses al año. Los otros cuatro, los pasan en Francia, con nosotros”. Y deplora “las ideas recibidas” de la ADFI y su tendencia a “demonizar porque no se está en lo habitual”. Nunca se ha podido discutir con esta asociación. Ellos se darán cuenta entonces, como los medios, que todos nosotros tenemos una vida normal, aún teniendo una creencia que es la que es”.

Su caso no es comparable al asunto Yohann, afirma. “Los padres habían tenido la imprudencia de enviar a su hijo en contra del consejo de los abuelos. A nosotros los cuatro nos habían dado luz verde. Y créame, si mi madre aceptó, es que ella está feliz de lo que son los niños hoy. Si ellos hubiesen visto mal esta escolarización, los habríamos traído inmediatamente. Nosotros los tenemos al teléfono cada semana. Ellos van bien.”

Y al invocar dos razones para “esta elección no dogmática”, que sólo concierne a una ”ínfima minoría” de los miembros de Sahaja Yoga: “Aquellos que tienen la posibilidad de permitírsela financieramente, como nosotros.” Hay, con seguridad, “la práctica (de la meditación)”. Sobre todo, los niños reciben una enseñanza de calidad, lejos de todo espíritu de competición. “La escolaridad se hace en inglés, los niños practican también música y dibujo. Hoy yo tengo hijos que son capaces de hablar francés, ruso (la lengua materna de la madre) e inglés. Están abiertos al mundo, eso es primordial en nuestra época.”

Se le pregunta si, a la manera de Shri Mataji, piensa él que el mundo occidental es decadente. “Shri Mataji no tiene absolutamente nada contra occidente y yo mismo estoy muy feliz de vivir en Francia, responde. Simplemente, los estudios demuestran que los niños, a fuerza de pasar sus días sobre los Game boy, sufren más y más de hiperactividad”. Y al evocar el primer año de maternal de su hija. “Y bien, eso fue duro… Yo no tengo ganas de ver a mis hijos a los 6 años fumar en un rincón del patio de recreo”. La ADFI asegura querer dar una señal ante la Justicia. Para la familia, este paso por la India logró su fin de todas formas. “Nosotros ya habíamos previsto ir a buscar a los niños en diciembre y traerlos de vuelta a vivir en Francia, donde se los inscribiría en una escuela internacional.” La polémica debería ahora concluirse.

Fuente: Info-RIES nº 99 (23/09/08).

1 comentario:

*** dijo...

MARTES 19 DE JULIO DE 2011

Argentina: María Cash, joven desaparecida, participa grupo Sahaja Yoga

http://sectasargentinachileperu.blogspot.com/2011/07/argentina-maria-cash-joven-desparecida.html