El druidismo cobra fuerza en el Reino Unido. Uno de sus grupos, The Druid Network, acaba de ser reconocido como "organización benéfica", en pie de igualdad con otras confesiones religiosas.
Como suele suceder en los cuentos de Astérix, la imagen de Panoramix, el sabio druida de la irreductible aldea gala, no es fruto del capricho ni un simple ejercicio de imaginación. Uderzo y Goscinny, sus creadores, se apoyaron en un relato del historiador romano Plinio, que hace dos mil años ya pintaba a aquellos venerables hechiceros celtas con largas barbas, túnicas blancas, hoces de oro y un profundo conocimiento de plantas, raíces y árboles. Aunque los dibujantes de Astérix olvidaron adrede que, según las fuentes latinas, aquellos druidas no eran pacíficos abuelitos que se limitaban a elevar plegarias y cocinar pócimas, sino que también ofrecían a sus dioses pavorosos y solemnes sacrificios humanos.
Acogotada por la invasión romana, la religión de los antiguos druidas fue quedando arrinconada en las inhóspitas tierras de Gales e Irlanda hasta que finalmente sucumbió a los pies del cristianismo, que penetró allí donde la espada del César jamás consiguió llegar. En los primeros siglos de la Edad Media, el druidismo se había convertido en un puñado de relatos orales muy evocadores, pero sin existencia real. La cruz había triunfado.
Pero la historia humana da muchas vueltas y, en su vaivén circular, depara venganzas curiosas. Dos mil años después de la desaparición de los druidas, una institución británica, "The Charity Commission for England and Wales", acaba de reconocer a "The Druid Network" (La Red Druida), una entidad fundada en 2003, la condición de «organización benéfica», con derecho a disfrutar de los beneficios fiscales de que gozan otras confesiones religiosas mucho más asentadas, poderosas y populares, como el cristianismo o el islamismo. La Red Druida sólo cuenta con 350 miembros, aunque resulta imposible saber con exactitud cuántos seguidores de la antigua religión hay en el mundo. En 2003, un informe de la BBC aseguraba que unos 10.000 británicos seguían los supuestos ritos celtas, cada vez más populares entre los ciudadanos que buscan otras formas de espiritualidad.
"No nos entendían"
La decisión de The Charity Comission, una entidad pública e independiente del Gobierno británico que informa directamente al Parlamento, viene a cerrar un pleito larguísimo. "En ocasiones ha sido frustrante. No entendían nuestras creencias ni nuestras prácticas", se queja Phil Ryder, portavoz de la organización. Según el "Daily Telegraph", la Comisión ha dictado un informe de 21 páginas para explicar su voto favorable. En él aclara, por si las moscas, que los druidas del siglo XXI no practican sacrificios humanos y que su labor resulta beneficiosa para la sociedad, sobre todo porque ayudan "a preservar la naturaleza y a mantener el legado histórico británico".
El druidismo actual es, en realidad, una recreación de la religión antigua, cuyos fundamentos todavía se desconocen. Se supone que los viejos druidas eran politeístas, aunque algunos estudiosos sostienen que defendían la primacía de un dios, lo que allanó el triunfo del cristianismo. Más allá de disputas teológicas, los druidas del siglo XXI mantienen un respeto reverencial por la madre tierra y honran al sol y a los espíritus que laten en los ríos y en las montañas.
Como suele suceder en los cuentos de Astérix, la imagen de Panoramix, el sabio druida de la irreductible aldea gala, no es fruto del capricho ni un simple ejercicio de imaginación. Uderzo y Goscinny, sus creadores, se apoyaron en un relato del historiador romano Plinio, que hace dos mil años ya pintaba a aquellos venerables hechiceros celtas con largas barbas, túnicas blancas, hoces de oro y un profundo conocimiento de plantas, raíces y árboles. Aunque los dibujantes de Astérix olvidaron adrede que, según las fuentes latinas, aquellos druidas no eran pacíficos abuelitos que se limitaban a elevar plegarias y cocinar pócimas, sino que también ofrecían a sus dioses pavorosos y solemnes sacrificios humanos.
Acogotada por la invasión romana, la religión de los antiguos druidas fue quedando arrinconada en las inhóspitas tierras de Gales e Irlanda hasta que finalmente sucumbió a los pies del cristianismo, que penetró allí donde la espada del César jamás consiguió llegar. En los primeros siglos de la Edad Media, el druidismo se había convertido en un puñado de relatos orales muy evocadores, pero sin existencia real. La cruz había triunfado.
Pero la historia humana da muchas vueltas y, en su vaivén circular, depara venganzas curiosas. Dos mil años después de la desaparición de los druidas, una institución británica, "The Charity Commission for England and Wales", acaba de reconocer a "The Druid Network" (La Red Druida), una entidad fundada en 2003, la condición de «organización benéfica», con derecho a disfrutar de los beneficios fiscales de que gozan otras confesiones religiosas mucho más asentadas, poderosas y populares, como el cristianismo o el islamismo. La Red Druida sólo cuenta con 350 miembros, aunque resulta imposible saber con exactitud cuántos seguidores de la antigua religión hay en el mundo. En 2003, un informe de la BBC aseguraba que unos 10.000 británicos seguían los supuestos ritos celtas, cada vez más populares entre los ciudadanos que buscan otras formas de espiritualidad.
"No nos entendían"
La decisión de The Charity Comission, una entidad pública e independiente del Gobierno británico que informa directamente al Parlamento, viene a cerrar un pleito larguísimo. "En ocasiones ha sido frustrante. No entendían nuestras creencias ni nuestras prácticas", se queja Phil Ryder, portavoz de la organización. Según el "Daily Telegraph", la Comisión ha dictado un informe de 21 páginas para explicar su voto favorable. En él aclara, por si las moscas, que los druidas del siglo XXI no practican sacrificios humanos y que su labor resulta beneficiosa para la sociedad, sobre todo porque ayudan "a preservar la naturaleza y a mantener el legado histórico británico".
El druidismo actual es, en realidad, una recreación de la religión antigua, cuyos fundamentos todavía se desconocen. Se supone que los viejos druidas eran politeístas, aunque algunos estudiosos sostienen que defendían la primacía de un dios, lo que allanó el triunfo del cristianismo. Más allá de disputas teológicas, los druidas del siglo XXI mantienen un respeto reverencial por la madre tierra y honran al sol y a los espíritus que laten en los ríos y en las montañas.
Fuente: El Diario Montañés
2 comentarios:
El druidismo está reconocido fue religión en España en España en 2007, junto con la Wicca bajo el nombre de sociedad Antigua de Kelt
(http://dgraj.mju.es/EntidadesReligiosas/ResultadoNNCC.asp?p_inscripcion=1233-SG/A)
Druidnetwork tiene representantes en Irlanda y España vinculados al nacionalismo violento. Las actividades de Druidnetwork son publicitadas por la Pagan Federation en medios de comunicación como EsRadio.
Ah ya adoran a los espiritus q andan por montañas valles y al rayo y al fuego? En coclusion adoran a lucifer;.. sin tantas palabras nos queda claro a quienes leemos y conocemos como son las cosas..vaya vaya de todo hay en nuestro mundo.aDios a los nuevos satanistas
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