Karen de la Carriere alcanzó uno de los puestos más altos dentro de la Iglesia de la Cienciología -la secta creada por el escritor de ciencia ficción L. Ron Hubbard-, se casó con su entonces presidente, Heber Jentzsch, y vivió como una reina. Ahora es considerada una “persona supresiva” y, fuera de la comunidad, se enfrenta a los abusos perpetrados dentro de la controvertida organización. Lo leemos en Infobae.
“La Cienciología es como un tsunami de destrucción. Se lanza hacia ti y cuando retrocede deja vidas quebradas, personas dañadas, personas quebradas, personas que creían que estaban comprando un sueño y a las que le vendieron un monstruo”, dijo en una entrevista con el Daily Mail, publicada el pasado 10 de septiembre, en la que detalló los horribles abusos de derechos humanos y la cultura de miedo que hay dentro de la secta.
Creada en 1954, la Cienciología predica que los seres humanos son seres espirituales inmortales llamados “thetan”, que tienen innumerables vidas pasadas que se remontan a una época en que vivían en culturas extraterrestres antes de llegar a la Tierra. Supuestamente, a través de varios procedimientos, una persona podrá recordar estas vidas. Numerosas personalidades, entre ellas los actores Tom Cruise y John Travolta, forman parte de la organización.
Tras varios exámenes diseñados para comprobar su “estado espiritual”, Karen firmó un juramento de lealtad en 1975 e ingresó en la Sea Org (Organización del Mar), un equipo de gerencia diseñado como una Marina (y que la Iglesia de la Cienciología considera como su “orden religiosa"). A los tres años, alcanzó el prestigioso rango de supervisora de casos clase 12 y se casó con Heber Jentzsch, un oficial del departamento de relaciones públicas que en 1980 se convirtió en el presidente internacional.
Cuando todo empezó a cambiar…
En 1982 abrió los ojos: durante una campaña de recaudación de fondos, reclutadores de la Iglesia le llevaron personas con tendencias suicidas y psicóticas. “La Cienciología se opone a la psiquiatría e hipócritamente estaban aceptando pacientes psiquiátricos. Si una de estas personas moría bajo mi supervisión, yo sería responsable”, relató.
Cuando informó sobre esto, la Oficina de Guardianes, un grupo de inteligencia ahora llamado Oficina de Asuntos Especiales, la envió a un “programa de rehabilitación”, donde realizó mucho trabajo manual y la obligaron a dormir poco y comer comida en mal estado. Incluso la forzaron a correr 12 horas diarias alrededor de un poste, supuestamente para brindarle iluminación espiritual.
“Estuve en eso todos los días durante tres meses. Sólo había cortes para recuperarme y luego a correr, a correr. (…) Mientras corría en esa pista, juré que algún día contaría lo que realmente ocurría en la Iglesia de la Cienciología. Tomé la decisión de que algún día hablaría de ello”, dijo.
Pero ese deseo desapareció en 1984, cuando nació su hijo Alexander. A partir de ese momento, se le prohibió a los miembros de Sea Org tener hijos debido a que, en palabras del grupo, “Sea Org es el único grupo que toma la completa responsabilidad de cuidar al planeta entero. (…) Tener hijos ha resultado una carga impráctica y ha inhibido la eficiencia”. Karen y Heber solicitaron permiso para tener otro hijo, pero les fue denegado y Heber fue castigado.
Tras la muerte del fundador
En 1986, con la muerte de Hubbard, David Miscavige, un oficial “de ojos de acero frío”, tomó el control de la Iglesia, a la que lidera al día de hoy “con un puño de hierro y un corazón oscuro”. Numerosos miembros que han abandonado la secta lo han acusado de ser extremadamente violento, pero él siempre lo ha negado.
Un día, Karen fue llamada a la oficina de Miscavige y se le quitaron todos los rangos porque había compartido chismes sobre dos oficiales. “Por diez días hice duro trabajo manual, como sacar la pintura de barras de hierro. No se me dio acceso a la higiene personal. Es humillante apestar y que no se te permita ni siquiera lavarte los dientes o cambiarte la ropa. (…) Heber fue enviado a Alemania y mi hijo de dos años fue dejado en una guardería de la Iglesia. Eso es lo que me volvió loca”, relató.
Tras esto fue interrogada intensamente durante seis meses sobre si deseaba “destruir la Cienciología o a David Miscavige”. Afirmó que la experiencia la dejó tan quebrada emocionalmente que se quedó y le permitió a su hijo entrar en la Sea Org, algo que lamentará por siempre. En 1988 ella y Heber se divorciaron y se enteró de que él había entregado 24 informes contra ella en un solo día. “La Iglesia usa la inteligencia como arma. Es una cultura en la que el esposo informa sobre la esposa y el hijo sobre el padre”, explicó.
La salida de la secta
Finalmente, en 1990 decidió dejar la Iglesia de la Cienciología. Para hacer esto, fue sometida a otros interrogatorios sobre si hablaría públicamente en su contra y si pediría una manutención. También le informaron de que tenía una deuda de 90.000 dólares por su entrenamiento. Para cuando logró salir en 2010, se había endeudado para pagar su entrenamiento, pero había construido una carrera en bienes raíces y luego en pinturas, y se casó con un abogado llamado Jeff Augustine.
Pero al poco tiempo, miembros de la Sea Org aparecieron en su puerta y la acusaron de hablar con “gente supresiva”, es decir, ex-miembros de la secta, y le ofrecieron “aclararse”, lo que rehusó. A las pocas semanas, su hijo Alexander le mandó una carta en la que le demandaba que se sometiera a la Oficina de Asuntos Especiales si quería tener una relación con él.
En ese momento, Karen se convirtió en lo que la Cienciología llama “juego limpio”, una persona a la que se le puede “mentir, robar y destruir”. Afirmó que la Iglesia inició una campaña para desprestigiarla: dijeron que traficaba niños, la acusaron de maltratar animales, la denunciaron al Departamento de Sanidad por vivir supuestamente en condiciones insalubres y publicaron detalles de un procedimiento médico al que se había sometido.
En medio de esto, llegó el peor de los golpes: su hijo Alexander murió y no se le informó. Había contraído neumonía a los 27 años y, en lugar de proveerle tratamiento médico adecuado, la Iglesia simplemente lo trató con “ayuda de toque”, un procedimiento que, según la secta, trata la mayoría de las enfermedades e incluso puede revivir a alguien.
Como Karen culpó repetidas veces a la Cienciología por la muerte de Alex, fue acusada de usar el episodio para desprestigiar a la Iglesia y a Heber, quien no ha hecho ninguna aparición pública desde 2004 y varios testimonios apuntan que se encuentra prisionero en la llamada “Celda de Personas Supresivas”.
Como respuesta, Karen declaró: “No hablo porque tenga una venganza. No estoy diciendo que la gente no pueda creer lo que quiera creer. Hablo contra los abusos que se cometen en nombre de la Cienciología. Hay gente que está siendo aplastada y destruida y eso se debe detener”.
Fuente: Infobae
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