Las supuestas curaciones mediante el uso de magia, hechizos y embrujos que en el estado mexicano de Quintana Roo se han convertido en un próspero negocio, podrían ser penadas con hasta 12 años de prisión. Lo leemos en Proceso.
Ante la proliferación en el estado de ese tipo de prácticas, cuyos responsables se aprovechan de la necesidad y buena fe de la población, el Congreso local inició la discusión de una reforma a su Código Penal para sancionar a quienes por medio de engaños induzcan a sus seguidores a realizar actos de “disposición patrimonial” en beneficio del curandero.
La iniciativa de reforma, promovida por la diputada priista Susana Hurtado Vallejo, pretende incluir en las definiciones del delito de fraude el lucro indebido y la explotación de “las preocupaciones, las supersticiones o la ignorancia de las personas, por medio de supuestas evocaciones de espíritus, adivinaciones o curaciones u otros procedimientos carentes de validez técnica y científica”.
La intención manifiesta de la reforma, sostiene, “es suprimir la impunidad que actualmente gozan aquellas personas que se encuentran realizando acciones de manera dolosa, causando un daño a la economía de la gente que pertenece a los sectores más vulnerables”.
El documento presentado por la presidenta de la Comisión de Desarrollo Familiar y Grupos Vulnerables del Congreso estatal propone sancionar con entre seis meses y 12 años de prisión a todo aquel “maestro, curandero, brujo o gurú” que, por medio de engaños, induzca a sus seguidores, ya sea de forma individual o grupal, a realizar actos de “disposición patrimonial” en beneficio del líder espiritual.
Y es que este problema social “se ha convertido en un negocio próspero en todo el estado” de Quintana Roo, cuyo territorio antiguamente fue ocupado por la civilización maya, y en la actualidad “posee distintas ofertas de servicios relacionados con la herencia y el conocimiento ancestral, así como con prácticas esotéricas”, puntualiza el texto.
Añade: “Ya es cotidiano ver anuncios en la televisión, la radio, el periódico, en volantes, medios electrónicos e incluso por recomendación directa, ofreciendo resolver problemas ajenos” mediante prácticas carentes de sustento científico.
Entre esas prácticas, apunta, destacan la santería, adivinación, sanación, cartomancia, quiromancia, onicomancia (adivinación por medio de las uñas), ornitomancia (predicciones a partir del vuelo de los pájaros), aeromancia (observación de las nubes), catoptromancia (adivinación con espejos), bibliomancia (método que toma páginas de libros al azar), piromancia (observación de una llama), radiestesia (basada en impulsos eléctricos o electromagnéticos), onomancia (predicciones a partir del nombre de una persona), alectomancia (observación los gallos) y nigromancia (invocación de espíritus), entre otras.
Según el documento, todas ellas han proliferado “ante la situación socio-económica que vive el estado, donde la población siente pocas o nulas oportunidades de salir adelante, además de la afluencia de gente de otros estados, con sus propios usos y costumbres”.
Ante ese escenario, abunda, Quintana Roo se ha convertido en “un campo fértil para el establecimiento de personas sin escrúpulos que explotan la necesidad y buena fe de la población, ofreciendo solucionar problemas mediante el uso de magia, hechizos y embrujos”.
Sin embargo, advierte, no se pretende “afectar la práctica de los usos y costumbres que acompañan de modo ritualístico el ejercicio de la medicina tradicional de las diversas culturas indígenas de México”, ni tampoco otras prácticas como la “medicina alternativa, homeopática, natural o herbolaria”, las cuales se encuentran reconocidas en la Ley General de Salud.
Fuente: Proceso
No hay comentarios:
Publicar un comentario